Se nos fue Kakel (la eterana sonrisa)
Si cada nombre tiene un significado el seudónimo que a ti te aplicaron solo puede significar en lenguaje indio americano «el que nunca se enfada» o mejor todavía, «el que hizo de la vida una sonrisa eterna», o mucho más real, «el que no hizo daño, ni para nacer».
Los que tuvimos la suerte de contar con tu amistad sabemos cómo eras, defensor de tus amigos (pobre de aquel que hiciera daño a uno de ellos) hasta extremos máximos, sabíamos que podíamos contar contigo para lo que fuera, que nunca fallarías.
Entre las muchísimas experiencias que viví contigo, aún recuerdo, aquellas partidas de tute entre nosotros dos (que no conocíamos las cartas) y otros campeones de tute, que siempre terminaban perdiendo, tirando las cartas y rompiéndote la camisa de rabia.
Aquel baño en la piscina de Ibiza, donde a pesar de ser un gran nadador, por poco te ahogas en 10 centímetros de profundidad porque no parabas de reírte, o los apuros que pasaste cuando un chiquillo que quedaste cuidando, se hizo c.... debajo de la mesa de un bar, y tuviste que salir corriendo.
Si un día tengo tiempo pienso escribir una pequeña biografía tuya para que la gente que te conoció te recuerde y la que no te conoció tanto sepa que había una persona que anteponía lo que fuera por ayudar a otros.
Bueno Kakel, ya no comeremos mas andaricas con pulpo en ese bar de El Musel, ni comeremos la fabada pendiente en La Camperona, ni conseguiré hacerte socio del Oviedo, pero puedo presumir de haber contado con tu amistad y tu cariño, así que vete tranquilo que aunque sé que tu hija y mujer están bien atendidas, también saben que me tienen a mí y mi familia para todo lo que esté en nuestras manos y que nuestra casa es su casa.
Estabas esperando la prejubilación para tener tiempo para tu hija, y en ella empleaste lo poco que te dio tiempo a disfrutar (bien poco fue), pero esa enfermedad maldita se encargó de romperte esas ilusiones y a nosotros de privarnos de tus risas y cachondeos, con lo que aún nos queda para el retiro.
En fin amigo, mucho es lo que podría escribir de ti y seguro que no encontraría nada malo (como no sea lo forofo que eras del Sporting), así que espérame allá arriba junto con otro amigo que se me fue el día de Reyes y que al igual que a ti estoy echando mucho de menos.
Adiós amigo.
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