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Sentarse a hablar

4 de Octubre del 2011 - Enrique Álvarez-Santullano Fontaneda (Oviedo)

Pasado mañana, 6 de octubre, la artista María Pagés será la última en subirse al escenario del auditorio del centro Cultural Niemeyer de Avilés. Seis meses después de su inauguración, el faraónico edificio del arquitecto brasileño, con un coste superior a los 43 millones de euros y tras tres largos años de obras, y otros tantos de proyecto, pasará a ocupar un panteón de honor en el poblado camposanto patrio de edificios emblemáticos sin una función clara o simplemente abandonados tras su ejecución. El centro cultural era la punta de lanza de un ambicioso plan para recuperar la ría de Avilés, sumida en una degradación total tras la explotación de la industria siderúrgica. Estos terrenos, que soportaban los vertidos de los residuos urbanos e industriales, fueron los elegidos para construir la obra del Niemeyer, que, a su vez, sufrirá ahora los rigores del abandono, la soledad, y el irreductible paso del tiempo. Poco a poco la naturaleza acabará, como siempre, imponiéndose a la obra del hombre, y veremos crecer las hierbas por los bordes de este singular edificio sin esquinas.

Desde incluso antes de su inauguración la obra de Niemeyer ha recibido críticas y elogios a partes iguales. Lo mismo podríamos decir de la programación cultural. Todas estas opiniones merecen un respeto, pero una vez desarrollado el proyecto, quizás lo más sensato sea apoyarlo firmemente como un factor de desarrollo de la comunidad.

Entre los motivos que se apuntan como posibles causantes de esta esperpéntica situación están la crisis y, sobre todo, las disputas políticas. El primero es la gran disculpa, universal e infalible, y se puede aplicar a cualquier situación. En cuanto al segundo, desconozco, y no me interesan, las disputas que los partidos puedan tener, sin embargo, parece que todos están de acuerdo en la importancia del centro para el futuro de la zona.

Dicen que hubo un tiempo en esta remota región del imperio en que los hombres se sentaban a cantar alrededor de una mesa. Creo que con que se sentaran a hablar bastaría para solucionar este caso.

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