Coches oficiales de uso privado
Aunque por motivos profesionales resido en la vecina comunidad de Castilla y León, soy asturiano de origen y de momento sigo pagando mis impuestos en Asturias. A estas alturas es evidente para todos, incluso para los más escépticos, que estamos inmersos en una gravísima crisis económica cuyos efectos todos estamos sufriendo: elevadísimo índice de paro, recortes salariales -en mi caso, funcionario docente del grupo A1, nivel 24- del 7,5 por ciento, recortes en sanidad, educación, infraestructuras, etcétera. Pues bien, en esta situación me parece intolerable, además de una absoluta desfachatez y falta de sensibilidad el uso privado que se está dando a algún vehículo oficial de alguna Consejería del Gobierno del Principado de Asturias. Considero, como la mayoría de los ciudadanos, que ya es bastante privilegio disponer de un vehículo oficial pagado por todos para desempeñar el puesto de trabajo como para que, además, tengamos que pagar los paseos privados de los fines de semana y fiestas de guardar. Para estos paseíllos está el coche particular o, en su defecto, el de San Fernando. Por tanto, señor Álvarez-Cascos, en el control del gasto público debe tener también en cuenta esto, porque, como dice el refrán: «un grano no hace el granero, pero ayuda al compañero» y, además, la austeridad está muy bien, pero para todos.
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