Golpe a los servicios públicos

José Luis Iglesias y Javier Carneado. Sindicalistas de USO

A 156,8 millones de euros asciende el plan de ajuste del gasto aprobado ayer por el Ejecutivo asturiano. La Consejería de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente es la más afectada por la tijera.

En términos generales la medida parece decorosa y eficiente en lo referido al gasto corriente. Lo que consigue un comentario aparte son las reprogramaciones de inversión. Sobre este asunto es necesario desglosar dos contenidos que nos parecen de especial interés:

No son ningún recorte, ni suponen ningún ahorro. Únicamente responden a una prórroga de pago que emergerá en el ejercicio siguiente, con lo que el único efecto es contable. Este año conseguiremos cumplir los objetivos de déficit presupuestario previsto, pero para cumplirlos el año que viene habrá que recortar gasto por el importe de lo que ahora se reprograma. Y eso es un problema.

Por otro lado, dicha reprogramación de las inversiones generará muchos daños colaterales, pues aunque las cuentas del Principado reluzcan más esplendorosas, lo que se drena es liquidez de la economía real. Muchas pequeñas empresas dependen de esos millones reprogramados para subsistir y, desde luego, no pueden esperar hasta el año que viene para cobrar sus créditos con el Principado. Probablemente cuando se les llame para cobrar engordarán las filas del paro. Es complicado vaticinar los efectos finales de la medida. Se trata de confrontar los beneficios que genera el cumplimiento de la obligación de déficit (menor coste de la deuda, mayor capacidad de endeudamiento e inversión, etcétera), con los perjuicios que genera el aplazamiento de los pagos. El tiempo dictará sentencia.

El PSOE ha gastado por encima de las posibilidades reales del presupuestado para este ejercicio, pero gastado está. Es inútil volver la mirada atrás. Ya no se puede hacer nada y, desde luego, si se puede hacer, no es recortando gasto ya comprometido y ejecutado, sino crédito no dispuesto. Por lo tanto, deben ejecutar el presente presupuesto con el mayor ahorro posible en lo que aún no se ha gastado y que dispongan uno para ejercicios futuros cercenando del gasto no productivo, no de otras partidas claramente dinamizadoras.

De todos los ámbitos que sufrirán este recorte, la más afectada es la RTPA, pues la medida pone en peligro la continuidad de dicha empresa y, por ende, la de los trabajadores y trabajadoras, cien por oposición, y quinientos por compañías pertenecientes al sector audiovisual de Asturias. Esta carga de dinamita se desata contra un sector que en los últimos años había tenido gran importancia en los medios audiovisuales y que había formado a muchos trabajadores que se podían codear con los mejores de su profesión, por su juventud y su preparación.

Es incomprensible que el mismo día salen a la luz las estadísticas del paro, el presidente Álvarez-Cascos lance este comunicado en todos los medios, poniendo en riesgo y en peligro a trabajadores que el único delito que han perpetrado es trabajar para el Gobierno del Principado y tener como patrón a un presidente que tiene poco interés a la hora de valorar la trascendencia inequívoca de estos hombres y mujeres del trabajo.

Desde la USO no lloramos, lamentamos profundamente que un Gobierno que preside el señor Cascos empiece a hacer de las suyas, poniendo en entredicho a una empresa que hoy por hoy da trabajo y a la que pretenden cuestionar sobre deudas y prejuicios históricos del pasado, justificando pérdidas millonarias o echando la culpa a gobiernos del pasado. La dignidad de un político es asumir consecuentemente lo bueno y lo malo. Si hubo mala gestión, que se corrijan los errores, pero no cargándolo a los trabajadores. En medio del mayor caos de la historia, que él mismo y su partido se han encargado de exagerar hasta extremos insospechados, pretende sacar el dinero de la caja en 2012 y licitar entonces lo que ya se tenía que haber licitado hace meses convirtiéndose en el multiplicador de los panes y los peces con los méritos o deméritos de otro. Nada que no haya hecho el PSOE tras períodos semejantes al actual. No estamos en una guerra de guerrillas. Todos –partidos, sindicatos y empresas– estamos para potenciar y unir esfuerzos que salvaguarden aquellos sectores que son parte fundamental de nuestra economía. No para tumbarlos en la lona política y ponerlos en el disparadero de un cierre previamente anunciado. Nadie duda de la honestidad de los políticos, pero empezamos a dudar de las intenciones de aquellos que ponen en cuestión otros ámbitos para evidenciarse.

La TPA es un patrimonio creado por el Gobierno del Principado, pero es parte fundamental de del patrimonio de los asturianos y de las asturianas y nadie debe poner esto en duda. En Asturias el paro alcanza ya los 82.000 desempleados. No nos podemos permitir el lujo de aumentar esta sangría que perjudica a la sociedad asturiana y pone en riesgo su futuro.