Rubalcaba, no, gracias
Las encuestas pronostican a los socialistas una derrota palmaria, áspera y sin bálsamos. Aunque ya llevan ingeridas varias dosis de fracaso en los últimos meses, el trago no resulta por ello menos amargo, menos cáustico. Es difícil prepararse para perder. La lista de los errores cometidos es larga y conocida. La retahíla de excusas quizá también sea larga, pero su relación con la anterior no sirve para borrarla. Menos de dos meses solamente para dibujar sonrisas y soltar arengas de vencedor disimulando el espíritu de perdedor.
Mas Rubalcaba, por favor, no: porque como ministro de Educación en el Gobierno de Felipe González aprobó la LOGSE y por su aplicación estamos teniendo más de treinta países por delante en los resultados académicos valorados en el «Informe Pisa».
Porque como portavoz del Gobierno de González negó hasta el empacho la existencia del terrorismo de Estado y cuando se supo la verdad, el entonces ministro del Interior, el secretario de Estado y el director general de la Guardia Civil fueron a la cárcel por el «proyecto GAL».
Más Rubalcaba, por favor, no: porque siendo él ministro del Interior en el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, se siguió negociando con ETA después del atentado en la T-4, con dos asesinatos, y pese a ello fue negado hasta que se descubrieron las negociaciones por indagaciones periodísticas.
Porque conservando aún la cartera de Interior se produjo un chivatazo para que no fuera detenida la cúpula del aparato de extorsión de ETA, perdiéndose, además del dinero que llevaban para financiarla, la valiosísima información financiera de la banda terrorista.
Por favor, más Rubalcaba, no: porque ha sido un político que no ha respetado la jornada de reflexión en unos comicios electorales, rompiendo con ello las reglas del proceso democrático tan importante como son las elecciones generales.
Porque siendo nada menos que vicepresidente del Gobierno de Zapatero, fue protagonista activo de los casi cinco millones de parados, de la mayor destrucción de empresas y negocios, y de los peores datos económicos de la historia de la España contemporánea.
Por ello, y por un sinnúmero de hechos negativos más, Rubalcaba, nunca jamás.
Y, además, si el faisán ya no vuela, a la cazuela, que el 20-N le pueden cocinar como «plato a la vasca».
José Antonio Gutiérrez González
Piedras Blancas
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