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La muyer de Pachín

15 de Octubre del 2011 - Ramón Alonso Nieda (Arriondas)

O el alguacil alguacilado. O sea, D. José Blanco. Pepiño, para entendernos de una vez. Subióse a la tenada la muyer de Pachín, y no subió ella sola; subió con un vecín. La tenada es la gasolinera de Guitiriz, en Lugo; el vecín se llama Dorribo, un empresario gallego; el PSOE se llama Pachín y la muyer de Pachín es un Pepiño jacarandoso y saltarín que sube a las tenadas con mucho desparpajo.

Por supuesto, tanto al vecín como a la muyer de Pachín los ampara la presunción de inocencia. Al que no le ampara ni Dios es al pobre Pachín, al que nadie acusa de nada y, sin embargo, solo le queda ya presumir de cuernos. ¿Habrá cosa más inocente que subir o bajar de una tenada? Además hoy las tenadas son apartamentos rurales o aulas de interpretación, pero los que sabemos cómo se subía a las tenadas de verdad, sabemos que, a pesar de lo que canta la copla, la muyer de Pachín y el vecín no pudieron subir juntos; tuvieron que subir uno detrás del otro. Y por poco caballero que fuera el vecín y por más prisa que tuviera es de suponer que invitaría a la señora a subir delante. Aunque también es verosímil que la señora replicara de eso nada, picarón, delante sube tú que lo que sea de ver ya te lo enseñaré yo.

El vecindario, que siempre piensa lo peor (y más en estos tiempos tan macerados en la telebasura), da por supuesto que en la tenada hubo ayuntamiento carnal. En vano Elena Valenciano imparte educación a la ciudadanía con más convicción que una catequista de las de antes; viene a decir ella que la buena mujer subió a la tenada en busca del marido cuando un vecino preguntó por él y que el vecino, viendo que tardaban en bajar, subió a ver qué pasaba (Fin de la versión homologada). Lo que pasó en la tenada de Guitiriz es secreto del sumario y para que el sumario sea secreto para siempre jamás y amén, han desaparecido los ordenadores con las pruebas del sumario. Luego dirán que la justicia en España no es rápida ni eficaz.

Lo que le pasa a Pepiño es que se gasta 3000 euros, la mitad del sueldo, en el cole de los chicos porque en su zona solo hay siete institutos bilingües y a él, partidario de la pública como buen socialista, le hubiera gustado matricularlos en el octavo; con la otra mitad apenas le alcanza para trajes; que nadie se los regala (Está visto que Esperanza es la ruina de la izquierda). Así que si el ministro Blanco tuvo que andar por las tenadas cobrando algún peaje en negro, el juez le aplicará la eximente del Estado de necesidad, que es el otro extremo del Estado de bienestar.

Aunque también es verdad que José Blanco repartió estos años tanta leña que no debería extrañarse de que le devuelvan la moneda. Hasta debería encontrar saludable ese jarabe de palo que él mismo despachaba sin receta. Los del PP a Pepiño ya lo dan por muerto y propalan que Rubalcaba esparcirá sus cenizas políticas en el área de Guitiriz en una ceremonia estrictamente íntima. Lo que se puede dar por seguro es que, en los días que le queden, no se volverá ver a José Blanco aparcado en una gasolinera. Repostará en vuelo como los caza-bombarderos.

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