Gracias, centro de día
Mi nombre es Ramona Sánchez. Soy una mujer mayor y, tras una operación quirúrgica, entré en un estado de tristeza y depresión profunda donde no veía otra salida que la muerte. En esta situación, llorando y renegando de mi familia por sacarme de casa y llevarme a un lugar que se me hacía como una cárcel, acudí con mi marido y mi hija a una entrevista con la trabajadora social del C. de D. Covadonga. Allí me presentó a la enfermera, al fisioterapeuta, a otras trabajadoras del centro y a las futuras compañeras y compañeros. Todos me dieron una bienvenida cariñosa y me animaron a empezar. Y así lo hice. Empecé el 6 de junio, lunes, por la mañana, y cuando volvía por la tarde ya me sentía otra persona distinta de la que había salido de casa. Y así, con el paso de los días, fui recobrando la alegría por vivir, la sonrisa la gana de hablar, de trabajar, etcétera. Lo que no había conseguido un año de tratamiento con distintos psiquiatras lo habían conseguido la amabilidad, el respeto, el cariño y la profesionalidad que el personal del centro aplican en nosotros diariamente.
Por todo ello quiero expresar mi profundo agradecimiento y dar la gracias a la directora (Alejandra), a la trabajadora social (Rosa), a la enfermera (Montse), al fisio (Jesús), a las auxiliares (Laly, Laurita, Eva, etcétera), al tutor (Manolo), al resto de trabajadoras de la cocina-cafetería y a las compañeras y compañeros del centro por lo que han hecho por mí, y hacen diariamente..
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