Cara y cruz del capitalismo (De Steve Jobs a Wall Street)
Bajo el título Dos caras del capitalismo: Steven Jobs y Wall Street, Ignacio Arechaga desarrolla un artículo en Aceprensa, sobre las dos caras de una misma moneda, opuestas totalmente.
Mientras describe, como así es, que el mundo despide a Steve Jobs, como el empresario más apreciado de la sociedad de la información. El hombre que supo abrirse camino paso a paso, empezando desde un garaje; renglones más abajo, lo compara con los congregados bajo el lema Ocupa Wall Streets.
Mientras el primero, se labra su camino en el libre mercado, ofreciendo un producto, útil, innovador, fiable, respondiendo así, a las necesidades de una sociedad en progreso. El mundo de las finanzas, se enriquece a base de activos tóxicos, sin innovar, sin riesgos, y con un solo interés especulativo, que genere ganancias rápidas hoy, sin pararse a pensar en el mañana.
Uno Steves Jobs, es la cara del empresario que todos quisiéramos sino imitar, si aprender. O como cita Ignacio Arechaga el empresario que todos quisiéramos tener.
No así, esta economía financiera, que con la muerte de la cabeza pensante de Apple, la deja en el lugar más bajo de la sociedad del libre mercado. Y la convierte en la cruz, para muchos seres humanos, que ven como mientras los autores de tal desaguisado, de marchan con suculentas primas, la economía mundial, se deshace en una tormenta financiera, creada por la falta de escrúpulos, egoísmo, ética y como no, de una inexistente regulación por parte de los gobiernos.
Ambos (Steve Jobs y Wall Street) han coincidido en la misma época. Los resultados a la vista están. Las dos caras de una misma moneda llamada capitalismo.
Sirva el ejemplo del innovador de Apple, para cuantos como él, con más o menos talento, puedan entender, como el trabajo bien hecho, la honradez y la búsqueda del bien común, son caminos de progreso personal, y de la sociedad en general.
De igual modo, extráiganse las consecuencias, de la cruz de esta moneda, y desechase todo aquello, que solo busca, el dinero fácil, la especulación y la toxicidad de quienes han llevado a esta sociedad a la situación más grave desde hace casi un siglo.
Por eso, hoy como ayer, la honradez y la ética profesional, son necesarios, aun en estos para algunos - maravillosos años, donde el ser humano, cree que siempre hay que hacer lo que se puede, y no lo que se debe.
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