Nava y O Grove, pasión por la sidra y el marisco

Son dos villas casi hermanadas por la amistad de años y los encuentros permanentes. Y entre ese afecto de noble adhesión destaca la unión de dos productos primigenios que marcan la identidad de estos dos concejos, el asturiano y el gallego, que responden a una seña de identidad plena de calidad. La sidra y el marisco.

Y entre ambiente popular y animado estos días se llevó a efecto una participación notable de personal municipal y representantes de asociaciones cívicas de O Grove y que tuvo lugar en el Museo de la Sidra y en el Llagar de la Viuda de Corsino en Nava. En los actos variados de recibimiento diversos intercambios y promesas mutuas de alcanzar ese hermanamiento cargado de razón y verdadero entendimiento entre dos pueblos vecinos y que tienen en común la calidad y la referencia agroalimentaria, realidad que los ha puesto en el mapa nacional por esa promoción continua y continuada de hacer las cosas bien en ese ámbito empresarial. Los alcaldes de ambos municipios, Emilio Ballesteros Baños, por Nava, y Miguel Ángel Pérez García, por O Grove, tienen las ideas muy claras y quieren que sus alfoces intimen más y lleguen a esfuerzos comunes en la amistad, fomento de lo propio y en la búsqueda de iniciativas conjuntas para favorecer sus auténticos productos básicos. Y durante el protocolo receptivo, los representantes municipales expusieron sus vínculos leales y su amor por la producción de calidad y el trabajo sacrificado de la tierra nutricia. La sidra y el marisco se unieron en perfecta simbiosis y sirvieron de auténtico bocado con la mirada puesta por los llagareros y los mariscadores presentes en esa recepción oficial.

Y es que la buena sidra, esa que se escancia con tino y se observa su constatable elaboración por los soberbios aromas y el sabor equilibrado, junto con el toque maestro del marisco variado y bien presentado, representa una armonización visual, olfativa y sápida que resulta compleja de describir. Solamente hace falta probar esa conjunción en el paladar para disfrutar del goce de los sentidos y, por supuesto, de la amistad de los comensales, porque ya se sabe que no es lo que se come sino con quién se come.

Y con tanta carga de intereses compartidos, los gallegos quieren montar en su tierra unas jornadas volcadas con la sidra asturiana, la de Nava, y promocionarla junto con el albariño y demás oferta gastronómica en una feria agroalimentaria de altura con la intención de dar a conocer un producto natural y bien definido como la sidra en un territorio hasta el momento poco apto (por desconocimiento y mercado) para nuestra bebida autóctona. No estaría de más que los productores sidreros asturianos irrumpieran en el mercado gallego y portugués pues la sidra tiene que lanzarse un poco más fuera de nuestros límites geográficos y alejarse de ese reducto mercantil que significa Asturias y Madrid. El mercado gallego es de alto valor económico y aunque sólo fuera la sidra de nueva expresión, de momento, sería una buena prueba de avanzar por el camino adecuado y ganar en sentido empresarial y fomento de nuestra calidad. Las gentes de O Grove, con su alcalde al frente, lo señalaron con fuerza, sentimiento y pasión. La sidra tiene un buen mercado en Galicia y sólo queda ponerse en marcha, superar trámites y ahondar en las estrategias del mercantilismo.

El concejal de Actividades Públicas y Festejos del Ayuntamiento de Nava, José María Osoro, como portavoz de este encuentro institucional, apuntó que este tipo de relaciones entre concejos tienen un significado muy destacado, pues aparte de esa unión entre realidades empresariales autóctonas nos atraen la amistad, el entendimiento y especialmente la buena gente, que es a fin de cuentas lo más importante. Y junto a las palabras simbólicas y de refuerzo oficial, la sidra vibró como nunca en los múltiples escanciados mientras las zamburiñas, el pulpo a feira, los santiaguiños, los mejillones y los berberechos miraban de soslayo, o eso parecía, a los disfrutadores de un encuentro pleno y envuelto de pasión asturgalaica, de pomaradas, de atlántico proceloso y sobre todo de mucho espíritu de confraternidad, afecto, apego, inclinación y trato. Mañana Nava y O Grove ya serán municipios de altura organoléptica (ya lo son) y hermanados como mandan los cánones de una buena y efectiva unión institucional.

Carlos Cuesta. Presidente de la Asociación Asturiana de Periodistas y Escritores de Turismo (ASPET)