ALSA y Luarca
Señor Cosme, responsable de la empresa ALSA, me dirijo a usted como luarquesa, madre de uno de los viajeros y en nombre de otros 15 viajeros más que el domingo día 2 de octubre tuvimos que esperar la llegada del autobús procedente del aeropuerto, para el traslado de nuestros hijos a Oviedo que se efectuó a las 21.45 horas cuando la salida es a las 20.00 horas.
Creo recordar que la empresa ALSA (Autobuses Luarqueses Sociedad Anónima) tuvo su origen en Luarca, y está extendiendo su nombre a la China, al tiempo que negocia con otras empresas en el Reino Unido, pero qué tristeza me produce que en tan poco tiempo haya renunciado a sus orígenes. Aquí en Luarca, por no tener, no tenemos ni oficina de expedición de billetes (y de aquí todos los males que a continuación expondré) y todos estos jóvenes que se encontraban esperando, estaban sentados en los bordillos de la acera, para que me entienda, «en el suelo». ¿Es éste el nuevo servicio de atención al cliente?
Repito, me da mucha pena que una empresa boyante como es ALSA, que se está extendiendo por el mundo, renuncie a cambio a sus orígenes, a sus raíces, con la ilusión con que se dieron los primeros pasos para conseguir que hoy sea una de las grandes empresas y no me puedo creer que la avaricia por tener y no ser se haya apoderado de un emprendedor como usted.
La oficina de Luarca, aunque solo fuera por un principio de agradecimiento, nunca ha tenido que ser quitada sin más explicación.
El autobús que hace la línea Ribadeo-Luarca-Oviedo tiene su salida en esta villa a las 20.00 horas, pero todos sabemos que esto no se cumple y el pasado día 2 de octubre llegó con bastante retraso el segundo autobús, llenándose al momento.
Los jóvenes, al ver que el segundo autobús se marchaba dejándoles en tierra, tiraron de móviles y algunos padres decidieron por su cuenta trasladar a los hijos a Oviedo; otros se preguntaban qué harían al llegar a Oviedo, pues a esa hora habían perdido los enlaces y otros por el contrario permanecieron acompañados de sus padres y empezaron a surgir los comentarios, por cierto nada favorables para la empresa que usted dirige:
A) La primera idea fue solicitar al conductor que llegase una hoja de reclamaciones acompañando a la misma el nombre y apellidos y el número de DNI de los afectados, pero cuál sería nuestra sorpresa al solicitar a la conductora del autobús 3460DLN la hoja de reclamaciones y contestar que ella no es la responsable de esa línea y por tanto no tiene hoja de reclamaciones, eso sí, automáticamente llama por teléfono móvil para informar a la empresa.
B) Una persona mayor comentaba que tuvo que suspender un viaje a Madrid por carecer de billete. El hombre siempre contó que con el dinero en el bolsillo y presentarse a la hora sería suficiente, pero se encontró que no había oficina para sacar los billetes y al montar en el autobús, completamente vacío, el conductor amablemente le invitó a bajar al tiempo que le informaba que el billete lo podía sacar por correo electrónico, en la Caixa o en una oficina de viajes donde además le cobrarán el impuesto revolucionario de 3 euros, de lo contrario no podría viajar, pues el autobús La Coruña-Lugo-Madrid puede llegar completo y tendría que dejarlo en Lugo.
C) Una joven estudiante comentaba que a ella le habían dejado en la rotonda de Cadavedo con las maletas hasta que viniera el siguiente autobús de Luarca.
D) Otros apuntaban que al tener el monopolio y concesión ALSA hacía lo que le daba la gana, incumpliendo los horarios, pero eso sí, nunca dejaba a los viajeros en tierra. Y algún padre más exaltado pedía la recogida de muchas firmas para que le retirara la concesión a ALSA.
Y así le podía ir enumerando hasta cansarlo de comentarios, no echemos la culpa de los retrasos a los conductores, ellos bastante tienen con conducir. La solución pasa por una oficina donde se expendan billetes y tener previsto un autobús sin que tenga que venir de Oviedo.
Esperando ver restablecida a la mayor brevedad la oficina de Luarca, que para usted debe ser de orgullo, reciba un cordial saludo.
Covadonga Blanco Fernández-Lavandera y 15 viajeros más
Luarca
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