Al fin
Recordatorio permanente. Los niños adivinan qué personas los aman; es un don natural. Kock
Ayer nos ha venido «al pelo» (al poco pelo que aún nos queda) reiterarnos a nosotros mismos los siguientes versos del poeta José A. Buesa: «Por un agua de hastío y sufrimientos voy moviendo estos remos que pesan tanto: tu amor que sin ser mío, tantas veces perdí. Y yo empujo los remos y viajo hacia la paz pues todo se hace sombra si estoy lejos de ti. Ya me duelen las manos de remar en mi hastío; pero yo sé que un día dejaré de remar y romperé los remos en la orilla del mar...».
Amables lectores, afirmamos ahora mismo (jueves, 20/10/2011, 22.40 horas, exactamente) y cuando la noticia de noticias anhelada en esta España vuestra/nuestra al fin se ha producido hoy (ayer). En la vida hay que aprender, aprender, aprender a ser humanos.
Despedida y cierre, contentos, contentos, contentos, y no sólo por una información positiva que por la mañana en revisión del tic-tac le dio a este escribidor el cardiólogo Julián Reguero. Érase una vez. Ojalá que esta vez la paz en nuestro territorio sea para siempre.
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