Tomodachi / amigo
El pasado 10 de mayo de 2011 se cumplieron diez años del inicio de una de las actividades más importantes y creativas que organiza el Ayuntamiento de Siero, me refiero a las cooperativas escolares –vaya desde aquí mi reconocimiento a la importante labor que hace la Agencia de Desarrollo Local de Siero, en colaboración con el Centro de Empresas de Valnalón, las cajas de Ahorros de Pola (Cajastur, Caja Rural, Caixa…) y con la experta, entusiasta y sabia colaboración de don José Manuel Pérez Díaz, «Pericles»–, que reúne a unas 25 cooperativas escolares, algunas de concejos limítrofes y con una participación de un total de unos 525 alumnos, y que un martes al año, en este caso el pasado mes de mayo, expusieron los productos que ellos mismos elaboraron y vendieron con el objeto de recaudar unos fondos económicos, con múltiples fines, desde los fines meramente lúdicos, a los fines solidarios, de modo que desde la más tierna infancia se adentra a nuestros niños en la cultura de los emprendedores, no exenta del necesario componente social, solidario.
Estas reflexiones vienen a mi cabeza pues en la pasada edición de las cooperativas escolares, en su edición número X, los alumnos del Colegio Público de El Cotayu, Carbayín Alto, al exponer en el salón de plenos municipal su plan de empresa, objetivos y financiación, me regalaron un bello separador de páginas, emplastecido, como otros muchos que después venderían, con la finalidad de poner su granito de arena y aportar algunos euros, para aliviar los daños causados por el terremoto y maremoto, acaecido el 11 de marzo de 2011, en la zona noroeste del Japón, ocasionando más de 28.000 muertos y 350.000 desplazados, y con el preocupante dilema de la central nuclear de Fukushima y los riesgos de posibles explosiones y de la preocupante fusión del combustible nuclear, y decirles que desde esta típica parroquia minera de Siero les mandamos un mensaje de cariño y de preocupación, con la intención de recordarles que no están solos, que desde la distancia compartimos y comprendemos sus pesares y les enviamos el aliento necesario para avanzar y recuperar la ilusión de vivir.
Este separador de páginas, de forma rectangular, de color azul y con un pequeño corazón en su parte inferior, está presidido por unas grafías japonesas y subtitulado con la palabra «tomodachi», que significa «amigo» en castellano. Palabras que hoy quiero recordar, pues el 21 de octubre la Fundación de los premios «Príncipe de Asturias» entregó el Premio de la Concordia a los «Héroes de Fukushima», colectivo integrado por más de 1.312 personas y que representan, como bien dice el acta del jurado, de fecha 20 de septiembre de 2011, «los mejores valores de la sociedad japonesa, como son el sentido del deber, el sacrificio personal y familiar, en aras del bien común y el coraje ante la adversidad…».
Los alumnos del Colegio de Carbayín Alto El Cotayu, en el acto que tuvo lugar en el salón de plenos del Ayuntamiento de Siero, de fecha 6 de abril de 2011, nos han dado una muestra de auténtica solidaridad al preocuparse por su vecinos de Japón (Fukushima y alrededores), y quiero con estas palabras agradecerles su testimonio y pedirles que esa conciencia social siempre les acompañe en su andadura vital.
José Antonio Noval Cueto, ex alcalde de Siero, Pola de Siero
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