Esclavitud en el siglo XXI
Tengo la percepción de que al igual que ocurre con la economía cada vez hay más diferencia entre los solidarios y los que no lo son, en la economía entre ricos y pobres. Considero que el género humano, a estos efectos, se divide en tres grupos:
a) El grupo de gente comprometida, desinteresada que buscan la justicia social. Los voluntarios, cooperantes y filántropos.
b) Otro formado por la mayoría de la sociedad lo componen los moderadamente altruistas, generosos. Personas que colaboran en campañas de captación de ayudas, que aportan su donativo.
c) Y finalmente un grupo de gente para la que la caridad y la justicia no solamente no tienen ningún sentido sino todo lo contrario son capaces de pisar al semejante con tal de medrar, de escalar puestos en la sociedad. Tienen obsesión por acumular bienes, lo forman los avaros, egoístas, ambiciosos y egocentristas.
Mi apreciación personal es que en la actualidad el grupo que antes era mayoritario ha descendido enormemente y la distancia entre el primer y tercer grupo es cada vez mayor.
A este tercer grupo pertenecen personas que están fomentando la esclavitud del siglo XXI, la explotación de los más desfavorecidos, aprovechándose de su debilidad de su impotencia. Hay múltiples formas, la más extendida es la que ofrece puestos de trabajo en condiciones inhumanas: jornadas que exceden todo lo legalmente aceptable, salarios míseros que difícilmente justifican la relación laboral, muy por debajo de lo que el sentido común defiende. La relación trabajo salario, no solamente no resulta equilibrada, es a todas luces desproporcionada, no hay ningún argumento que la disculpe. La razón nos dice que no es que sean insolidarios son mezquinos, sinvergüenzas sin escrúpulos, despreciables.
Tres casos reales de hace pocos días:
1º Ofrecen un trabajo a una persona extranjera para el que debe desplazarse unos veinte kilómetros desde su domicilio, con una jornada de ocho horas y media diarias, seis días a la semana por un total de QUINIENTOS euros al mes. El trabajo consiste en ocuparse de una persona impedida (levantarla, aseo, acompañamiento) todas las labores de la casa, incluida la comida para la anciana y para un descendiente. Cada hora de trabajo sale a 2,45.
2º Los hijos de una señora mayor que se encuentra con nula movilidad tienen contratada a una persona para que la atienda. Un día alegando que la cuidadora había pegado a la anciana, fue despedida. No se interpuso denuncia alguna. A los cuatro días los mismos hijos vuelven a llamar a la persona despedida y la vuelven a contratar, eso sí, pretextando no se sabe qué, le rebajan el salario CIEN EUROS.
3º Un restaurante contrata a una persona como Ayudante de Cocina, la jornada de trabajo es de nueve horas diarias, cincuenta y cuatro a la semana. Se la da de alta en la Seguridad Social con un contrato a tiempo parcial, media jornada, es decir veinte horas semanales.
Evidentemente no son casos aislados, no son excepciones, piensen en los bares y restaurantes que visitan habitualmente y pregúntense si las personas que trabajan en esos establecimientos están contratadas cumpliendo la legislación vigente a todos los efectos, les garantizo que salvo honrosas excepciones no, o por la jornada, o por el contrato o por lel salario, la inmensa mayoría de esas personas son tratadas injustamente. Fraude al estado y estafa a los trabajadores.
Evidentemente a pesar del tiempo transcurrido o precisamente por ello homo homini lupus.
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