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Quebrantahuesos y Fechorías

25 de Octubre del 2011 - David Garcia Fernandez (Barbastro ( Huesca))

Dos fechorías vuelan sobre vuestras conciencias. Una se llama Deva. Un pollito, del que se jactan unos diciendo vuela en Asturias, arrancado vivo a sus padres en el Pirineo el 12 de marzo de 2010. Deva fue, es y será consagrada fechoría del Hombre del Saco, el que se lleva (por sus criterios) huevos o pollitos de Aragón para trasvasarlos a Asturias a día de hoy con más aves muertas y enfermas que vivas. Su segunda fechoría tiene también nombre: Prolactina. Es una hormona peptídica (arrea). Una celestina que une a una pareja de aves y a ésta con el huevo o huevos que cuidan. Además posee retroalimentación positiva (requetearrea). Significa que al afianzarse romance y avanzar la incubación la cantidad de Prolactina aumenta y su aumento estimula más a la pareja. Esta multiplicación de afectos y efectos alcanza su máximo antes del nacimiento. El Hombre del Saco lo sabe y para asegurarse el tiro retrasa deliberadamente sus acciones (vaciar nidos) porque no es lo mismo incubar artificialmente un huevo con 20 días de vida que hacerlo cuando supera los 40. Los quebrantahuesos incuban entre 55 y 60 días. Retrasar el vaciado reduce riesgo de fracaso durante el manejo, es curarse en salud y si algo va mal la culpa es de otros pero nunca responsabilidad de quien bajó al nido y lo vació. Pero retrasar el vaciado, sabiendo lo de la Prolactina, es destrozar un sentimiento. Fechoría y condena segura ante cualquier tribunal que juzgara maltrato animal. La Prolactina existe tanto como el sentir y las lágrimas de un quebrantahuesos aunque no las vean o no quieran.

David García Fernández, Portavoz de L´Aliaga, Barbastro

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