Sanidad Pública

28 de Octubre del 2011 - José Viñas García (Oviedo)

No sé porque asusta el copago, siempre sería en función de la renta (solo pagarían quienes tienen posibilidades económicas, aunque solo fuera una cantidad simbólica) es más, existe un copago en cubierta, pero en vez de beneficiarnos todos, lo hacen los médicos a título y recaudo personal, en sus consultas privadas; la picaresca consentida con el pluriempleo, colapsa la sanidad públicaderivan pacientes de su privada, a consulta hospitalaria, para todo tipo de atención, pruebas, hospitalizaciones y operaciones. La apropiación y el uso indebido de los recursos públicos para fines privados, es una de las causas del caos en las listas de espera, ya que estos médicos suelen manejar todo el entramado burócrata, para colar a sus pacientes de pago a eso llamo copago en toda regla.

¿Por qué llegamos a usar ese copago velado? El sistema hospitalario está tan deteriorado, que si alguien quiere que sea atendido en tiempo y manera, sabe que un atajo es ir al especialista a su consulta privada, desde allí todo le será más y mejor, el problema es que lo usan quienes tienen recursos económicos y otros que no tanto, lo cual si presumimos de un sistema sanitario de los mejores y gratuito, no puede que se consienta tal contaminación por parte de algunos profesionales, que casi siempre son de los mejores, lo cual tienen abiertas puertas y ventanas, para seguir promocionando su consulta de cobro, con la ayuda inestimable de una empresa pública que les permite hacer a su antojo. Solo la dedicación exclusiva obligatoria, haría más decente todo, ya que si el profesional privado, hace uso de lo público, es porque desde dentro del entramado hospitalario, está consentido todo, si no ¡¡¡explíquenmelo!!! Quien les facilita y permite adelantar en listas, citas, etc.

¿Por qué se sigue permitiendo tal negociado? Porque la cadena que conforman: políticos gestores, empleados (incluidos dirección, administración, atención y sindicatos) y usuarios (pacientes y familiares) son eslabones deteriorados, seducidos por un egoísmo común, el pago y cobro de favores, unos a otros: hoy por ti, mañana por mí y así seguiremos hasta que llegue alguien con un empaque de honestidad y decencia, se enfrente a esta camarilla que consentimos y conformamos todos.

Es que ahora llega a tal extremo la contaminación de un sistema basado en cueles, que existe otro abrevio sin tener que acudir al especialista privado, es una amistad entre los empleados públicos, sin esta última, tus periplos por el hospital se pueden hacer eternos y desesperantes en pruebas, análisis, consultas, etc., antes de acudir al resultado y al tratamiento adecuado, si es que llegas a tiempo. ¿Por qué un simple empleado puede simplificárnoslo todo? Por lo mismo, favores entre ellos, hoy te pido yo, mañana me pides o encubres tú. Por supuesto que no hablo de que un empleado enchufe a un familiar cercano, eso es parte entendible, pero no que cada uno tenga una lista de encargos diarios en forma de amigos, vecinos y lejanos, más los que le trae la carnicera, el mecánico, la panadera o peluquera y sus empleadas.

Al igual que todos nos merecemos la anterior critica, también formamos parte del despilfarro de medicamentos ¿Quién no tiene en casa una botica privada? Que casi siempre acaba con la caducidad de nuestra provisión gratuita.

Podríamos culparnos todos, porque todos conformamos este sistema que se convertirá en una lacra difícil de financiar, si desde arriba hacia abajo todos, por responsabilidad, no ponemos lo que hay que poner. Podríamos empezar por una oficina de denuncias ciudadanas, donde los vividores, corruptos y funcionarios que no rindan o trabajen las horas estipuladas, o que defrauden al fisco desde su profesión, o que se dejen influir por la depravación del sistema, se investiguen cada caso, aplicando normas estrictas y duras.

Luego vendrá alguno y dirá: ¿éste, de que habla? ¿Seguimos ignorando todo, y matamos al mensajero?

¡Ya! Usted no es así, cumple horario y dedicación, le felicito, se quedará sin medalla, porque es su cometido, me refiero a quienes sabe usted.

Porque se de muchos entregados a los enfermos, y son, quienes siguen manteniendo un poquito de dignidad dentro de la profesión, para ustedes, un fuerte abrazo.

He criticado con dureza por ejemplo los cuidados paliativos, otro contrasentido, algún empleado sanitario me lo recriminó, pero le diría: ¿algún médico, destinaria a su hija a este lugar anacrónico? sin antes agotar todos los medios y ciencia a su alcance, desde cuidados curativos, cuando ésta, esté en perfectas condiciones mentales. No es el tema, pero así funciona todo en esta empresa, ¡hay de quien no tenga algún padrino! No solo estará en lista de espera meses, sino que cuando llegue, puede que el destino sea un lugar solo justificable para quienes añadan a su enfermedad terminal, algún trastorno grave mental, que no tenga capacidad de interpretar que es abandonada a su suerte, en esa planta siniestra, de cuidados paliativos, ya que conoce bien el lugar, donde visitó y cuidó a familiares y amigos. Podemos como dije, quitarle todos los dolores físicos, pero ¿cómo le libramos del dolor mental? al saberse desentendida de toda curación posible, no me digan que no es la crueldad personificada, aunque solo fuera mantenerle la esperanza y la ilusión, ya estaríamos cumpliendo con humanidad y profesionalidad. Tal parece que la profesionalidad es decir todo así y de pronto, pues no, en la peor de las enfermedades la esperanza debiera ser el tratamiento primordial, en vez de decir: tienes una enfermedad terminal e iras destinado a cuidados paliativos, bien se pudiera decir: tienes una enfermedad muy grave, pero con la ciencia a nuestro alcance y tu lucha por sanar, podemos lograr superarla, aquí en el hospital, con cuidados curativos, nada de plantas para rechazados Lo mismo que le dirían a su hija ¿verdad?

Señores que se sientan aludidos ¿me invento algo? ¿Hay que callarse, ignorar, todo lo que ustedes hacen? Ya sea como cumplimento de un protocolo inhumano, o de una praxis errada.

Se me olvidaba, no estoy en contra de las consultas privadas, solo cuando éstas, se sustentan en el uso y abuso, de medios y personal públicos.

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