No era tan malo como lo pintáis
Me refiero al artículo de Modesto, publicado el domingo 23 de octubre, sobre el guardia civil retirado que se suicida con su propia arma.
No era tan malo como lo pintáis, cualquiera que lea el artículo y que no conozca a Modesto llega a la conclusión de que era un borracho y un maltratador que no superó una separación, nada más lejos de la realidad. Los periodistas, ante todos los lectores, tenéis esa capacidad dialéctica y expresiva que a veces dais una imagen que no se ajusta del todo a la realidad, creando un criterio público equivocado.
Modesto era una persona muy querida del ámbito de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, entre otros sectores de la sociedad, ya que era nuestro zapatero, arreglándonos no sólo nuestro calzado, sino también nuestras botas de diversas uniformidades, cinturones, correajes o fundas de pistola, así como el calzado de nuestras familias, bolsos de nuestras esposas o carteras de nuestros hijos, todo ello con una profesionalidad inigualable.
Desconozco los detalles de su vida privada, pero no creo que fuera tan malo como el lector pueda pensar después de leer el artículo, porque es a la conclusión que se llega. Puedo afirmar que era una persona querida por todos los que le rodeaban, con una calidad humana difícil de encontrar, al cual le faltaba tiempo para hacerte un favor o para trabajar una hora más y tener tus zapatos arreglados.
Si reflexionamos un poco sobre cómo sucedieron los hechos, a la única conclusión que se llega es que prefirió quitarse su propia vida antes que hacer daño a los demás, eso dice mucho de la calidad humana que tenía Modesto.
Los entendidos dicen que el suicidio es un acto de cobardía ante una situación que nos desborda, pero yo creo que hay que tener mucho valor para quitarse uno mismo la vida, lo que demuestra el sufrimiento que Modesto padecía.
Un detalle que no se publica y que creo que la opinión pública debe saber es que Modesto no tuvo velatorio, ni funeral, ni entierro, ni un lugar donde llevarle unas flores, ni siquiera un lugar donde darle el último adiós.
Que estas palabras sirvan de recuerdo de todas las personas que te conocíamos y te apreciábamos.
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