Rehabilitación permanente en las calles de Oviedo
El choque de planes de las obras de Gabino de Lorenzo y su equipo son una hipoteca a perpetuidad. Hace pocos meses y como si nadáramos en la abundancia, fueron levantadas de nuevo, a pocos años de su rehabilitación, las principales calles del Oviedo antiguo, que increíblemente habían sido pavimentadas con adoquines de arenisca. Sobra decir que al poco tiempo el desgaste obligó a una nueva rehabilitación. Da vergüenza reconocer a un alcalde titulado en ingeniería y que ha sido capaz de dar por buenos los paupérrimos materiales empleados en los «planes de choque» de la ciudad de Oviedo. Desde la misma falta de sentido común, y también no hace muchos meses, numerosas calles del centro de nuestra ciudad tuvieron que ser abujardadas, precisamente para tratar de evitar los numerosísimos accidentes y caídas de los peatones, en muchos casos con las consiguientes indemnizaciones millonarias de parte del Ayuntamiento, esto es, del bolsillo de todos los ovetenses. ¿Se atrevería el equipo de Gabino de Lorenzo a hacer públicas las cantidades pagadas por estas sentencias, consecuencia de dichos accidentes, lesiones, incapacidades laborales, etcétera?
Para más inri, recuérdese que quien fue igualmente responsable (irresponsable) de la mayoría de los «planes de choque» ovetenses, el ex concejal Juan José Tielve, es también ingeniero como Gabino de Lorenzo.
Pues nada, que ahora y por ¡tercera vez! en pocos años, las calles Caveda, 9 de Mayo y Manuel Pedregal y después de sufrir en poco tiempo un deterioro impresentable, han tenido que volver a ser rehabilitadas. Lo dicho, como si las arcas municipales estuviesen rebosantes, como si los ovetenses no tuviésemos que soportar ya unos impuestos de escándalo, como si la crisis no fuera con nosotros, ahora de nuevo a rehacer los desentuertos de Gabino de Lorenzo.
Cada vez más, caminar por las calles y las aceras de Oviedo se ha convertido en un ejercicio de alto riesgo. Cada vez resulta más difícil encontrar en nuestra ciudad una superficie de cincuenta metros cuadrados que no esté levantada, resquebrajada, rota o parecido. Lo que tendrían que haber sido unas obras para más de un siglo se han convertido en una hipoteca para varias generaciones de ovetenses. Y es que ¿acaso no se sabía que las calles peatonalizadas serían utilizadas también por camiones de gran tonelaje en repartos comerciales, servicio de basura, etcétera?
En fin. Desde aquí exigimos por enésima vez al equipo de Gabino de Lorenzo que, con nuestros impuestos, deje de despilfarrar; que programe las obras públicas como si fueran las de su finca en Onís o las de sus propias casas; que elija unos materiales que no conviertan nuestras aceras en pistas de aterrizaje; que deje de sembrar Oviedo de cachivaches que pasan por esculturas, de catafalcos a modo de jardineras y que cuanto antes se jubile también de la vida municipal. Al mismo tiempo, a la oposición municipal le exigimos que deje la tribuna y baje a la arena, que salga de los despachos, patee las calles de Oviedo y, en definitiva, que sude la camiseta.
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