Juan María Bandrés, un hombre entero
Hemos recibido la noticia de la muerte de Juan María Bandrés por la prensa de estos días. Hacía mucho tiempo que estaba enfermo y retirado de la gran actividad que había llevado en los últimos tiempos del franquismo y primeros de la transición. Esta foto clásica de él muestra la afable acogida que prestaba a toda persona que se le acercaba, siempre con una sonrisa efusiva.
Conocí a Juan Mari Brandés allá por el año 1975, cuando yo haciendo la tesis doctoral estaba de PNN en la Universidad de Oviedo; en aquel tiempo fue invitado por la Facultad de Derecho a dar una conferencia sobre la situación en la Euskadi de aquel momento, pues era gran conocedor de todos los movimiento que había y, además, actuaba como abogado para muchos casos en los que estaban comprometidos miembros de la ETA. No se dio la conferencia, órdenes que venían del poder impidieron que hablara. Hubiera sido una buena ocasión para conocer aquellos momentos convulsos en toda España, especialmente en el País Vasco, pero la libertad en la Universidad brillaba por su ausencia. Con este motivo estuvimos hablando y llegué a tomar alguna amistad con él.
Antetítulo: In memoriam
Destacado: Trabajó como abogado y político por el solo interés de hacer el bien a todas las personas, que por un lado y otro sufrían en las cárceles y fuera ellas
Algunos años más tarde, en la década de los ochenta, estaba yo en la Facultad de Derecho de San Sebastián y tuve la ocasión de encontrarme con él. Ya en plena transición había fundado un partido político, Euskadico Ezquerra, que como partido era un grupo reducido, pero con grandes proyectos e ilusiones, para cuajar en el País Vasco un movimiento de izquierda moderado que supiera responder a la pacificación que requería aquella región. Asistimos juntos, en cierta ocasión, a una de aquellas soflamas de Genoveva Forest, más conocida por Eva Forest, la mujer de Alfonso Sastre y muy adicta al movimiento terrorista. Al salir me comentaba cómo era una pena que aquello moviera a una juventud vasca y marcharan con tanta dificultad hacia cualquier intento de crear una idea de Euskadi acorde con la nueva situación que se iba creando en España. Quedamos para ir a cenar un día, pero por unas cosas y otras no celebramos aquel encuentro. Pronto su partido de Euskadico Ezquerra se asoció con el Partido Socialista de Euskadi y su acción fue diluyéndose, englobado por el partido más poderoso.
Juan María Badrés era un hombre entero y sincero, luchó en los primeros años de la transición, por el conocimiento que tenía de los etarras de aquel tiempo, para que fructificara la división que se había producido en el seno de ETA entre los polis y los milis. Aquellos con el propósito de dejar la lucha armada y dedicarse a la política creando un partido que actuara en los parlamentos fracasaron; éstos que defendían continuar con la lucha armada ganaron. No con una lucha limpia, pues triunfaron liquidando físicamente a aquellos, como en los casos de Pertur y Argala, y han continuado hasta el día de hoy, en el que parece que tienen algún cambio. Sin que sepamos bien la orientación que seguirán, pues han conseguido, de un Gobierno débil como el actual, alzarse con el poder en puestos importantes del País Vasco, pero sin apearse de sus pretensiones y arrastrando al pueblo sencillo por una vertiente peligrosa.
Juan María Bandrés trabajó como abogado y político por el solo interés de hacer el bien a todas las personas, que por un lado y otro sufrían en las cárceles y fuera de ellas. Actuó en la transición para promocionar un buen ambiente en el momento de la transición, creando Euskadico Esquerra, que no consiguió en Euskadi los objetivos propuestos y entregó a sus miembros a los socialistas, que a mi entender no han respondido a aquellos ideales.
Un grato recuerdo y un reconocimiento a una persona que ha luchado por una sociedad mejor.
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