Sinfonía y batuta etarra
Dentro del repertorio de la música clásica existen sinfonías llamadas inconclusas o inacabadas que son cantos a la vida, la naturaleza y la belleza. Hace muchos años que en nuestro país escuchamos otra sinfonía inconclusa, esta vez de muerte, horror y barbarie. En estos días tuvimos su audición en dos partes, escrita por y bajo la batuta de Etabildu y bajo los auspicios del nacional-socialismo PSOE y PNV. Su primera parte tuvo estreno bajo alfombra palaciega, en Ayete (San Sebastián), con el coro internacional de «miopes aprovechaos» (¿quién los sufragó?) y bajo la dirección de Kofi Annan, fracasado en la ONU y desprestigiado por aquel petróleo por alimentos en Irak. Tras unos días tuvimos la segunda parte, con tres cobardes encapuchados subidos al escenario y «declamando» una letra-comunicado, cuasi copia del de Ayete y en el que se loa y ensalzan lucha, muerte y cárcel de «compañeros» etarras. Eso sí, sin la más mínima mención a sus asesinados, ni arrepentimiento alguno, petición de perdón, deseos de dejar armas, cumplir justicia y exigiendo estos totalitarios criminales diálogo con países democráticos como España y Francia.
En ETA, todo eso era previsible; pero ¿cuál fue la respuesta política, por cierto calcada, en nuestros dos grandes partidos que «cortan el bacalao parlamentario»?: en general vienen a decir que es buena noticia, sin concesiones, aunque incompleta. ¡Pues miren por dónde que muchos españoles pensamos todo lo contrario! que es una mala noticia, con contrapartidas, completa y desafiante. Mala noticia porque en ella, y por enésima vez, ETA anuncia el cese de la violencia (ya lo hizo en 2009), sin concretar medios, arrepentimiento, dónde, cómo ni cuándo dejan las armas, etcétera. Completa en cuanto que reflejan sus aspiraciones máximas (al día siguiente ya hablaban de soberanía e independencia), y cuyos logros prácticos irán «escribiendo» arrancándolos a una sociedad con pensamiento y Estado débiles. ¿Que no hubo contrapartidas? ¿Qué es, si no, una contrapartida por adelantado el que Bildu ya esté en las instituciones por culpa del Constitucional, cuando todos los informes de la Policía y Guardia Civil apuntaban a la contrario? Así empezó Hitler y obtuvo mayorías. ¿Y qué es, si no, el que urjan a gobiernos, sobre el papel democráticos como España y Francia, que se sienten a dialogar con ellos? ¿Qué nos piden que ya esté pactado y programado con ellos? ¡Pachi López ya solicita diálogo con Bildu! ¿Qué país democrático se sentó a dialogar con asesinos?
Pero «el envite y apuesta más gorda» será el desafío a que someterán a su próximo invitado, previsiblemente el PP (si gana) para que, en este su libreto inacabado, «escriba una música que suene bien a oídos etarras». Y también que, de resultar un Gobierno con agallas (cosa que dudo en el señor Rajoy), y que vaya con la ley en la mano y el apoyo de la mayor parte de la ciudadanía, veremos a un PSOE, previsible por su propio estilo tramposo y sectario, en un permanente acoso y «desafine de oposición».
Como dicen las víctimas: los políticos no se mojan. Están con la cabeza en otras cosas, en votos y «cálculos pacifistas» sin fondo: las elecciones. Futuro negro el que espera al País Vasco, al próximo Gobierno y a España. «Patata caliente» y del pensamiento débil ya crecida durante tantos años en el patatal LOGSE, que progresías de uno y otro signos «regaron» convenientemente. Construir futuro sobre arena y bandera de división entre españoles, muchos de los cuales no aplaudirán y sí «entomatarán su voto», el del 20-N, en esta seudodemocrática «farsa sinfónica etarra».
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