Niemeyer: la divorciada y el ex marido cabezón
Ésta es una historia de una señora noble que se divorcia y vuelve a contraer matrimonio. Hasta ahí todo es normal, pero el ex marido decide encerrarse en una de las habitaciones más bonitas de la renovada mansión familiar. Esto enoja al nuevo marido que decide que esa habitación permanezca así cerrada sin permitir que los hijos de la señora jueguen en ella y sin asignar ningún dinero para mejorar o mantener esa habitación.
Pues bien, esta historia a modo de cuento de campiña inglesa es la realidad de lo que pasa con el centro Niemeyer. Asturias es la señora, la habitación es el centro, Areces es el ex marido y Cascos el nuevo cónyuge. ¿Y los niños?... Los asturianos que vemos que la habitación nueva se queda cerrada.
¿De quien es la culpa? Hombre, ahí cada uno tendrá su criterio; pero yo estoy seguro de que si alguno se casara con una mujer divorciada no le gustaría que en una de las mejores habitaciones se encerrase el ex marido cabezón sin dejar hacer y sin saber lo que realmente pasa en ella. Y si encima te pide dinero ya es el colmo.
Por lo tanto, si realmente hay intención de llegar a un buen acuerdo, lo mejor sería que el señor Vicente Álvarez Areces cesase como patrono de honor perpetuo y entregase la llave de la puñetera habitación como muestra de buena voluntad para que ésta se pudiese abrir de par en par dejando que así se ventilase en condiciones. Porque de todos es sabido que si una habitación permanece cerrada durante mucho tiempo acaba oliendo mal.
Por lo tanto, y para terminar, quiero pedir al ex marido cabezón que abandone la habitación y entregue la llave para que se pueda abrir la puerta a todos los asturianos, empezando por el actual Gobierno.
Porque yo también apoyo el centro Niemeyer, pero siempre y cuando todos los jugadores tengan su participación y la gestión sea clara y transparente.
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