No a la retirada de nombres de calles de Oviedo
Los nombres de las calles que «la Memoria Histórica» pretende retirar del callejero de Oviedo no son ningún signo «franquista» y de ninguna otra cosa. Son de nuestros héroes, los héroes de Oviedo, que por sus méritos, incluso alguno de ellos dando su vida, Oviedo, muy agradecido, les otorgó esta distinción, por lo que, estamos convencidos, deberán seguir en su lugar, ya que por su valor y heroísmo elevaron su nombre y el de la ciudad a cotas jamás soñadas, pues la gesta de Oviedo fue el asombro de propios y extraños.
Oviedo, vista la actitud de gran número de milicianos rojos armados que, en julio de 1936, se iban apoderando de la ciudad. Recordando la tragedia padecida en la Revolución Socialista de Octubre de 1934, cuando ahí quedó la espantosa estadística de los soldados españoles muertos por los revolucionarios, de los puestos de la Guardia Civil aniquilados por la dinamita, de los camiones de la Guardia de Asalto pulverizados, con sus hombres, por las explosiones.
Ahí queda la contemplación angustiosa de una hermosísima ciudad, Oviedo, ejemplo de hispanidad, cuna de la nacionalidad española, bárbaramente destruida por los incendios y voladuras.
Obras de arte, únicas en el mundo, patrimonio y tesoro no ya de la cultura hispánica, sino de la cultura universal, han quedado destrozadas con saña de horda por los revolucionarios. Ciudadanos pacíficos, trabajadores de España, técnicos y magistrados que aportaron su esfuerzo y su inteligencia a la patria y a la sociedad fueron asesinados bárbaramente al pie de su propia fosa por el solo delito de amar a su patria.
Los ovetenses no quisieron volver a padecer aquellas terribles atrocidades y para salvar sus vidas protagonizaron una gesta tan heroica que fue reconocida por todo el mundo, alcanzando los títulos de «invicta» y «heroica» que, con orgullo, ostenta el escudo de la ciudad.
Oviedo se levantó contra los mismos milicianos rojos que lucharon contra la República en la Revolución cruenta socialista de octubre de 1934, para salvarse a sí mismo y a España de la anarquía del Frente Popular, que pretendía hacer de España una colonia soviética.
Entendemos que Oviedo debe seguir en pie, erguido, brillante, como cubierto de una placa de plata y oro, siempre mirando hacia arriba, más alto que nunca, mostrando que aún sigue aquel Oviedo «muy noble», «muy leal», «benemérito», «invicto», «heroico» y «bueno» que, con suma grandeza, lo muestra nuestro querido escudo.
Si la Corporación municipal de aquel entonces dio el nombre de alguna de sus calles a nuestros heroicos antepasados, no seamos nosotros los que quitemos lo que ellos pusieron.
En una ocasión el señor alcalde dijo que no quitaría nada de lo que otro alcalde hubiera puesto.
Cúmplanlo ustedes y ténganlo por seguro que Oviedo se lo agradecerá siempre.
No entendemos, no creemos, no podemos pensar que sea el ovetense el que pretenda quitar los nombres gloriosos y heroicos de los hijos de Oviedo, muy amados, que lo dieron todo para que su Oviedo siguiera siendo algo que los historiadores que en el porvenir se ocupen de revivir el pasado lo colocarán, indefectiblemente, entre las pocas y grandes cosas dignas de la calificación de «memorables».
Te pedimos, y así lo esperamos, «votes que no» a la retirada de nombres de calles o monumentos que, en su día, fueron levantados a los Defensores de la Ciudad por el Excelentísimo Ayuntamiento.
Oviedo no puede castigar, ahora, a los que le defendieron y enaltecer a los que le atacaron.
Estando seguros de que así lo harás, pedimos al Dios Todopoderoso guarde tu vida muchos años.
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