Cascos y el ferrocarril en Asturias

Este periódico recogía recientemente la denuncia que el presidente del Principado, Francisco Álvarez-Cascos, realizaba para conocimiento de los contribuyentes asturianos sobre el incumplimiento, por parte del Gobierno socialista, de la construcción del AVE asturiano.

Acusaba concretamente al señor ministro de Fomento, José Blanco, de «tener paralizado» el AVE en Asturias.

Según Cascos, para justificar tal acción, el Ministro argumentaba que el Gobierno, como consecuencia de la fuerte crisis económica, se veía obligado a realizar un severo ajuste presupuestario afectando a la referida infraestructura.

A ese argumento de peso manifestado por el señor ministro para paralizar la obra, le contestaba Cascos con uno de no menos enjundia: ¿Qué es, que al presupuesto del AVE para Galicia lo ha vacunado el Gobierno socialista contra la crisis? Porque las inversiones que necesita y ya estaban previstas no sólo las ha mantenido sino que las ha acelerado.

Sin lugar a dudas, negar esta realidad por el hecho de que lo diga Álvarez-Cascos sería de necios. Por mucho que algunos personajes que hablan sin medir lo que dicen lo acusen de extrema derecha .

Dicho lo anterior, me considero en la obligación de recordarle al señor presidente del Principado que Asturias tiene otra infraestructura ferroviaria, que son los Ferrocarriles de Vía Estrecha (Feve), que han tenido un papel importantísimo en el desarrollo de nuestra economía regional desde mediados del siglo XIX, hasta que personajes de la calaña de un tal Villalba y sus valedores los empezaron a gestionar, consiguiendo convertir esta eficiente infraestructura en enemigo público en algunas zonas, y en todas que se percibiera como un estorbo.

Publicaba este diario, con fecha 26 de junio de 2008, una entrevista realizada por Ángel Fidalgo al flamante director general de Feve, Amador Robles Tascón, en la que declaraba la inminente realización del «proyecto-despilfarro» de conexión de Feve con el aeropuerto.

Ángel Fidalgo utiliza para encabezar el artículo una frase rotunda que, conociendo la personalidad del señor director general, sin lugar a dudas, así fue manifestada: «La futura conexión ferroviaria con el aeropuerto ya no tiene marcha atrás».

Con fecha 16 de enero de 2010, el inefable señor don Ángel Roberto Villalba Álvarez, presidente de Feve, comunicaba a los contribuyentes asturianos (con la rotundidad que distingue a la dirección de Feve) la voluntad de realizar un nuevo despilfarro con los dineros que en impuestos nos detrae la Hacienda pública: Este año ya habrá obras en los primeros tramos del nuevo Fevedel Cantábrico.

Aunque en este patio de monipodio en que sigue convertida España nunca se debe asegurar que estos despilfarros no se lleven a cabo, parece ser que la diosa Fortuna, esta vez, nos va a proteger. Y las referidas obras no se realizarán, por mucho que la patronal de la construcción las haya aplaudido hasta con las orejas.

Como ve, señor presidente de nuestro Gobierno regional, no sólo hay incumplimientos en la construcción del AVE que retrasan su puesta en funcionamiento perjudicando con ello a la economía asturiana, por el hecho de que impiden a los contribuyentes que pueden pagar el título de viaje y a los que viajan con dietas, disponer de un medio de transporte rápido, fiable, cómodo y espléndidamente subvencionado con el dinero de la mayoría de los contribuyentes, que no lo van a poder utilizar porque sus ingresos no se lo permiten; también los hay en el «otro ferrocarril» (a Dios gracias).

Señor presidente, yo espero de usted que considere Feve algo mas que una sinecura que, como todas, sólo tiene utilidad para facilitar una vida regalada a quien se la conceden, sin más merecimiento que ser amigo del presidente del Gobierno, del ministro de Fomento de turno o de ambos.

Le digo esto porque Feve, por su implantación en Asturias, debe desempeñar un importante papel en el transporte de viajeros ya que, como usted sabe, los mecanismos de mercado en este sector llevan muchos años anulados debido a que el anterior Gobierno regional y el del Estado estaban encantados con que la empresa oligopolística del autobús por excelencia ejerciera el monopolio.

Como consecuencia de la utilización de los referidos criterios han ocurrido hechos mucho más graves que los incumplimientos (a Dios gracias) a los que hacíamos referencia.

El 28 de enero de 2009 este periódico pone en conocimiento de los contribuyentes, que son los que pagan el sueldo del delegado del Gobierno, señor Trevín, y de los alcaldes de la zona, el descarrilamiento de un tren de Feve en la estación de Sama.

El corresponsal recoge en el artículo las declaraciones del lumbreras encargado de las relaciones con los medios de comunicación. Éstas son una sarta de mentiras porque no tienen nada que ver con los hechos.

Según el expediente abierto al maquinista, la verdad de los hechos es la siguiente: a las 3.30 horas del día 25 de enero se escapó el tren n.º 3523 de la estación de Laviana, llegando en su escape hasta la estación de Sama (quiere decirse que circuló sin maquinista 14 kilómetros).

El Sindicato AFI no tiene constancia de que el de la sinecura de la Delegación del Gobierno y los otros se hayan molestado en informarse de lo ocurrido.

El 22 de febrero de 2009, este periódico pone en conocimiento de los contribuyentes el descarrilamiento del tren que hace el servicio entre Santander y Oviedo, en Arobes (Parres); como consecuencia del accidente, resultan heridos de diversa consideración 13 viajeros. El sindicato AFI no tiene constancia de que el entonces delegado del Gobierno, señor Trevín, y los alcaldes de la zona hayan utilizado un segundo de su tiempo para interesarse por las circunstancias que provocaron el grave accidente.

A los responsables de AFI, que en nombre del sindicato dieron su opinión sobre el accidente al corresponsal de este periódico en la zona, un Juzgado de Gijón nos cita para una demanda de conciliación interpuesta por Feve.

El día 1 de agosto de 2011 el corresponsal de Avilés de este periódico titula con este epígrafe uno de sus artículos: «La fuga de un tren sin maquinista enfrenta a Feve y a un sindicato ferroviario».

No tenemos constancia de que el de la sinecura a la que anteriormente he hecho referencia se haya tomado el mas mínimo interés por el escandaloso hecho; tampoco de los alcaldes.

Por último, queridos sufridos contribuyentes al Estado del bienestar (que es real para el de la sinecura y los otros etcétera, y virtual para los que más lo necesitamos y hemos luchado y seguiremos luchando por el por necesidad, por ideas y por principios, por muchas decepciones que llevemos) explicaros sucintamente por qué sancionan a un interventor en Feve. Según Feve, porque ¡para requerir a un viajero el abono del billete que es obligado tener para subir al tren! «lo hizo con malos modos, a gritos; tratando de la misma manera a la viajera que iba a su lado, señora Irene González (parece ser que es médica en la Pola de Siero y muy lista) por erigirse en garante del viajero porque, según ella, el viajero «había sacado el billete delante de ella», aunque paradójicamente el viajero no tenía billete.

Es necesario señalar que el incidente tiene su origen en la intervención de la citada señora porque el viajero que iba sin billete (que está obligado tener para subir al tren) se limitó a pagarlo porque es su obligación.

De este hecho tiene constancia por escrito D. Francisco Gonzalez Buendía, ex presidente del Consorcio de Transportes de Asturias (CTA), ex consejero del Gobiernín y ex consejero de Feve, así como también D. Carlos Gonzalez Lozano, ¿ex- director general del Consorcio de Transportes de Asturias (CTA)?

Con la señora y antedichos personajes, y el inefable Ángel Roberto Villalba Álvarez, me gustaría tener un debate público sobre el referido asunto, pues siendo, como son, tan listos, no tendrán inconveniente en celebrarlo con un fracasado escolar como el que suscribe.

Sr. Presidente, aunque Feve dependa del Gobierno central, estoy convencido de que algo está obligado a decir donde corresponda, con la exigencia proporcional a la gravedad de los hechos descritos, a los que podría añadir otros de menor cuantía como son: averías repetidas en los trenes, falta de material, mala organización de los servicios por no corresponder con la demanda y un largo etcétera.

Sr. presidente, tenga usted en cuenta que quien está sufriendo directamente esta vergonzosa administración bananera del ferrocarril son también «sus» ciudadanos-contribuyentes, que, dicho sea de paso, también le pagan el sueldo.

El oligopolio/monopolio del autobús al que con tanta lealtad bananera sirven algunos está encantado con la planificación de las infraestructuras y servicios del transporte de viajeros que hasta el momento se vienen realizando, por la sencilla razón de que está subordinada a sus intereses de negocio, y eso, a mi juicio, no se corresponde con el interés general que el presidente del Principado presume defender.