La Nueva España » Cartas de los lectores » El infierno somalí, ¿hay piratas en Somalia?

El infierno somalí, ¿hay piratas en Somalia?

18 de Noviembre del 2011 - Sabino Álvarez Pazos (Mieres)

Veamos: en la actualidad, la piratería en Somalia acapara los medios de comunicación. Pero ¿existe realmente la piratería en Somalia? ¿En qué consiste? Y... ¿quiénes son realmente los piratas? Para averiguarlo es necesario retroceder hasta el origen.

Somalia fue colonizada por Italia e Inglaterra, consigue su independencia en 1960, pero el gobierno democrático durará tan sólo nueve años. En 1969 el dictador Mohamed Siad Barré lanza un golpe de Estado y se hace con el Gobierno. Lo consigue con el apoyo incondicional de los Estados Unidos y no en vano gracias a ello las principales compañías petrolíferas yanquis obtienen importantes contratos para explotar el petróleo existente en el país.

Situada en el cuerno de África, Somalia ocupa una posición geoestratégica fundamental para las rutas de transporte marítimo que unen Europa y Asia.

Más de 20.000 barcos de carga atraviesan cada año sus costas por el golfo de Adén transportando más del 10 por ciento del comercio mundial. Por allí transita también gran parte del petróleo extraído en Oriente Medio.

Desde hace tiempo, naciones regionales y potencias extranjeras se la disputan como punto estratégico para las rutas de transporte marítimo.

El mando militar de Siad Barré se prolonga hasta 1988, cuando el Movimiento Nacional Somalí se rebela contra su dictadura. El levantamiento da lugar a una sangrienta guerra civil que se prolonga hasta 1991, año en el que Siad Barré se ve obligado a abandonar el poder y huir del país.

Pero su marcha no trae la paz. Ante el vacío de poder, varios clanes se enfrentan entre sí para hacerse con el control del país, lo que ha impedido la existencia de un Gobierno estable hasta la actualidad.

La guerra civil ha tenido consecuencias devastadoras para la población somalí. Más de 300.000 muertos, millón y medio de desplazados y una terrible hambruna que afecta a todo el país, agravada por la pertinaz sequía. Hoy en día, el frágil Gobierno apenas puede hacerse con el control de la capital, los enfrentamientos entre las diferentes facciones son constantes, la violencia, el caos y la anarquía reinan en las calles de Somalia y está considerado el país más peligroso del mundo.

Aprovechando esta situación caótica y sin control ni gobierno, multitud de barcos de pesca procedentes de varios países comienzan a faenar sin licencia alguna en las aguas frente a Somalia, incluidas sus aguas territoriales.

Estos barcos procedentes de EE UU, Asia y la Unión Europea practican un tipo de pesca denominada I.U.U., pesca ilegal no declarada, no regulada (...).

Su incesante y descontrolada actividad empleando artes prohibidas está terminando con las reservas pesqueras de un país que carece de autoridad y medios para proteger sus costas.

En la actualidad más de 800 barcos de distintos países pescan en la zona y se estima que los ingresos anuales generados por la pesca ilegal asciendan a más de 450 millones de dólares.

La pesca del atún ha experimentado un vertiginoso e insostenible incremento en los últimos 10 años. Tan sólo la flota atunera compuesta fundamentalmente por España, con el 60 por ciento de las capturas, y Francia, con el 40 por ciento, captura en Somalia unas 500.000 toneladas de atún al año.

Las flotas pesqueras de las grandes potencias, con la Unión Europea a la cabeza, contribuyen de esta manera a empobrecer una de las regiones más miserables del mundo: roban la principal fuente de proteína de la población y terminan con la forma de vida y sustento de los pescadores locales.

De esta manera, se condena sin remedio a un frágil país que agoniza y muere de hambre.

Desde 1990 la comunidad somalí ha protestado reiteradamente ante la ONU y ante diversos organismos internacionales. Las protestas nunca han sido escuchadas ni atendidas.

El grupo de supervisión para Somalia de Naciones Unidas también ha constatado y ha alertado en sus informes sobre la depredación sistemática de la zona llevada a cabo por las flotas de pesca extranjeras. La ONU tampoco atiende a sus propios supervisores y no ha hecho absolutamente nada para detener el saqueo.

Pero la pesadilla no termina aquí, desde la caída del Gobierno en 1991 otros barcos comienzan a aparecer también en la costa somalí. Su actividad es más misteriosa; los barcos se adentran en sus aguas territoriales vierten barriles al mar y se marchan.

Esta sospechosa actividad alarma a los pescadores somalíes, los cuales intentan disuadir a los cargueros que realizan los vertidos. Pero no tienen éxito.

Los vertidos continúan durante 14 años y el contenido de estos barriles es un misterio hasta finales de 2004, año en el que un terrible «tsunami» azota el sudoeste asiático. Cuando la ola del «tsunami» llega a Somalia, su lucrativo negocio pesquero y su particular y muy económico vertedero de desechos tóxicos y nucleares quedan seriamente «tocados».

La ONU, que ha ignorado sistemáticamente las reclamaciones somalíes, sí que escucha ahora a los países afectados por estas acciones. España pide a la ONU que actúe contra la piratería en aguas de Somalia.

España y Francia, países con importantes flotas pesqueras en la zona, encabezan la petición de una reacción militar conjunta.

Primer vuelo español sobre Somalia: un avión sigue a varios barcos para luchar contra la piratería.

(...) De esta manera nace la «Operación Atalanta». La misión dispone inicialmente de ocho buques de guerra, barcos de abastecimiento y aviones de reconocimiento y vigilancia.

Tras el fracaso inicial de la operación, se amplía su plazo y dotación con más de 20 navíos y 1.800 militares.

La UE prorroga por un año más la «misión Atalanta» contra la piratería. El coste estimado para el Gobierno (léase contribuyentes, o sea, nosotros) español asciende a más de 6 millones de euros mensuales. Mil millones de las antiguas pesetas. Sin comentarios.

Cartas

Número de cartas: 46053

Número de cartas en Septiembre: 157

Tribunas

Número de tribunas: 2086

Número de tribunas en Septiembre: 8

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador