Por favor, no aparcar en Noreña
Si usted va a visitar Noreña, sepa que un cartel, a la entrada, le da la bienvenida: «Bienvenidos a Noreña, villa monumental, gastronómica y chacinera», y cuando está dentro otro lo amenaza: «Por favor, no aparcar, salida de coches».
Tal parece que me equivoqué, pero no; pues es bien cierta la intención del segundo.
Hasta ahora, yo entendía que cuando alguien pide algo «por favor» a un desconocido éste puede darlo o no, ya que dependerá de que lo que pida esté a su alcance en ese momento.
Lo que está claro es que, si no se otorga ese favor, ahí debe quedar el tema, pues si hubiera obligación de atender el favor, entonces, sería una obligación, no un favor.
Volviendo al tema principal, me quedé sorprendido de que la Villa Condal (no le faltan calificativos pomposos y honoríficos), capital de uno de los diez concejos con renta per cápita más alta del Principado, dé una imagen tan tercermundista cuando se transita por sus calles; y es que ya sean edificaciones antiguas o nuevas, si usted quiere aparcar, en un altísimo porcentaje se encontrará en multitud de portones o similares con el cartelito: «Por favor, no aparcar, salida de coches», por lo que le quedan pocas posibilidades de aparcar.
¿Es que el Ayuntamiento no les da licencia de garaje? No lo creo. ¿Es que quieren ahorrarse el canon de vado permanente del garaje? Parece mentira, cuando lo lógico es que tengan derecho a un garaje comunal.
Lo cierto es que el Ayuntamiento está permitiendo esta práctica cutre, con el agravante de que no pocas de estas reservas ilegales tienen el bordillo rebajado artesanalmente y hasta pintura amarilla continua.
¿Sabe el Ayuntamiento que es responsable subsidiario de lo que por esta ilegalidad, ya que la señalización en las ciudades debe estar regulada por la correspondiente ordenanza municipal, se derive?
¿Sabe el Ayuntamiento que, si después de dar vueltas intentando encontrar aparcamiento, se te ocurre no hacer el favor y aparcas (no sé si hay que poner en el coche: «Por favor, déjeme aparcar, no encuentro sitio y vengo a gastar algo en esta villa»), lo más normal es que te encuentres con los correspondientes rayones en la pintura? Algo «güele mal» en esta villa, y no es el gochu.
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