Las enfermeras saben lo que tienen que hacer
Recientemente publicaba LA NUEVA ESPAÑA las palabras emitidas por el señor Navia Osorio, consejero de Sanidad de nuestra comunidad en un congreso médico: «La enfermería no ha encontrado todavía su rol definitivo en la atención primaria».
Desde la Sociedad de Enfermería de Atención Primaria de Asturias (SEAPA) manifestamos nuestro total desacuerdo con estas palabras; pensamos que el señor consejero está, en esta ocasión, mal informado.
Las enfermeras de atención primaria no tenemos que buscar ningún rol porque ya lo tenemos bien definido.
Las funciones de las enfermeras de AP se pueden encontrar recogidas en textos y decretos como en la ley General de Sanidad 1986 y el real decreto sobre estructuras básicas de salud (137/84); en la ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias y en la circular 5/90 (18 de junio) Insalud (SGAP), donde se define la organización de las actividades de personal de enfermería de los equipos de atención primaria.
Básicamente, las funciones de todas las enfermeras incluyen funciones de asistencia, docencia, investigación y gestión.
Referido al ámbito de la asistencia, en atención primaria se incluyen actividades de promoción de salud, prevención de enfermedades, seguimiento de patologías crónicas, detección de necesidades y cuidados de enfermería ante problemas de salud, rehabilitación, atención a la dependencia, atención a la urgencia y educación sanitaria como eje transversal en cada una de las actividades que se realizan.
La mayor parte de las acciones preventivas en AP es realizada por enfermeras.
Las enfermeras de AP desarrollan su labor en el centro de salud y en el domicilio cuando el paciente no puede desplazarse; además, se realizan actividades comunitarias de educación para la salud en escuelas, asociaciones de vecinos o en colaboración con los ayuntamientos u otras organizaciones.
Realizamos también actividades de alta rentabilidad sanitaria como son la deshabituación tabáquica, prevención de la enfermedad cardiovascular y atención a pacientes dependientes y a sus cuidadores.
En estos tiempos de crisis económica, debería ponerse en valor la aportación que realizamos las enfermeras de AP al sistema sanitario y nuestra contribución a la sostenibilidad del mismo. No hacerlo así supondría un despilfarro del que se debería dar cuenta a la ciudadanía.
Sabemos, pues, perfectamente cuáles son nuestras funciones y, además, las realizamos.
No obstante, desde SEAPA estamos dispuestas a participar en el desarrollo de estrategias tendentes a la mejora de la atención que se presta a los ciudadanos y de nuestro sistema público de salud, así como a ampliar nuevas competencias bajo el liderazgo de enfermeras que puedan gestionarlo adecuadamente.
Fernanda del Castillo Arévalo, presidenta de SEAPA, Gijón
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