La Cocina Económica de Oviedo y las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl
Hace unos días, un grupo de compatriotas peruanos me invitaron a que los acompañara a comer en la Cocina Económica de Oviedo, regentada por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl (premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2005), que son el pilar que permite cumplir los fines a los que se ordena la institución, y desde entonces y hasta ahora de forma ininterrumpida despliegan su eficaz e impagable aportación, como siempre en beneficio de los sectores más necesitados.
Gustosamente los acompañé y después de llegar al amplio patio de la calle San Vicente, en donde se encuentran los locales de la Cocina Económica, hacer nuestra correspondiente cola para ingresar, pagar una contribución simbólica, por comida, haciéndose partícipes y protagonistas, además de beneficiarios de la obra de la institución. Recogimos nuestra bandeja de alimentos y nos sentamos a degustar una exquisita y buena comida. El menú de ese día era tallarines con salsa boloñesa, hamburguesa con patatas y postre. La verdad todo estaba para chuparse los dedos, y esa comida no tiene envidia a ningún restaurante de primera, de los que hay aquí en Oviedo.
Cuando estudiaba Derecho en la Universidad, un buen día unos compañeros me dijeron que los acompañara a la Cocina Económica. Por esos años, al comedor de caridad se le sumó otro destinado para dar de comer a estudiantes, trabajadores, empleados y todos aquellos que por diversos motivos se encontrasen lejos de sus hogares. Es importante resaltar que ambos comedores tenían por aquella época el mismo mobiliario, vajilla, servicios y menú idénticos. Este modelo, que permitió dar a conocer la institución a amplios sectores de la población al tiempo de satisfacer las necesidades de estudiantes y trabajadores, a la postre y después de un tiempo no fue posible mantenerlo, por lo que se tenía que dar otra atención más urgente a los sectores más necesitados de la población.
La verdad, y lo confieso, que he visto que esta crisis galopante está golpeando a nuestra sociedad, mucha gente de clase media comiendo, su menú del día (familias enteras que están en el paro), en otros casos gente más modesta que verdaderamente no tienen recursos, no tienen familia y en otros casos están solos, recurren a la Cocina Económica para comer un plato de comida para saciar, tal vez, su hambre.
Cuando en el año 2005 la congregación de las Hermanas de la Caridad recibieron el premio Príncipe de Asturias de la Concordia por su excepcional tarea social y humanitaria en apoyo de los desfavorecidos, desarrollada de manera ejemplar durante casi cuatro siglos y por su promoción en todo el mundo de los valores de la justicia, la paz y la solidaridad…
Es un verdadero milagro que hacen todos los días las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, con los pocos panes y peces que reciben para que los más necesitados puedan seguir teniendo un plato caliente en la mesa.
Gracias a toda la congregación de las Hijas de San Vicente de Paúl por ese abnegado trabajo que todos los días realizan en favor de los más necesitados. Tampoco podemos ni debemos olvidar a esos benefactores que hacen posible que ese milagro de convertir los panes y los peces en un plato de comida se realice todos los días en favor de los más necesitados.
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