En memoria de Paco Soladana
Te has ido, amigo y compañero del ama, con la misma discreción que define tu vida pasada en este mundo.
Vas a encontrarte con jóvenes y, sobre todo, viejos compañeros, con quienes formamos piña en los inicios de aquella aventura que fue Banco de Langreo. Don J. Ramón, Nieto, Arroyo, Vicente Pantín, ¡cuánto aprendiste, aprendimos, de sus sabios conocimientos y cuánto disfrutaste de su singular personalidad!, de Rufino Tin-Tina, de Oscar (Calichi), otros que se fueron.
Tu estancia en Sama en «casa les Travieses», junto a su buen amigo Luis Alonso Vega, está llena de divertidas anécdotas que te llevas contigo. Luis nos las relatará en su blog o en alguno de sus escritos.
Fuiste un compañero leal, entrañable para todos. ¡Cuánto tiempo y esfuerzo dedicamos a Banco y cuánto significó en nuestras vidas! Vivimos muchos momentos de alegría y satisfacción por los objetivos conseguidos, premiados con aquellas comidas o cenas interminables.
Conquistaste a una mujer extraordinaria, María Luisa, compañera profesional, distinguida por su excelente y resuelta disposición en las funciones de secretaría y cuantas otras le encomendaran. Afligida, en este trance, como tus hijos y familia, porque ya no te tiene a su vera, pero con el consuelo de que no hayas sufrido para irte.
Paco, has sido un hombre que con tu sonrisa, tu campechanía, tu lealtad te ganaste la estima y la entrañable amistad de quienes te conocimos y tratamos. Tanto en la profesión como en la vida social, como en tu función de directivo del Centro Asturiano de Oviedo, estimulando y promocionando a los más jovencitos del club en la sana práctica del deporte.
En Jubanastur, la asociación de jubilados, de quienes pasaron por plantilla de Banco Asturias, ahora Sabadell-Herrero, dejas también una huella de sana amistad.
Y cómo no, también nos afecta al mermado grupo de fundadores de Banco Langreo, que todavía el pasado día 29 de septiembre celebrábamos la comida anual, degustando el exquisito «pitu de caleya amariscáu» de Casa Jorge en Ciaño, en gozosa armonía.
Paco Soladana, ¡qué joven te nos vas! Nos reconfortará siempre tu recuerdo de amigo y compañero, noble, persona juiciosa, agudo en los criterios, campechano y de fino sentido del humor.
Hasta en la trascendencia fuiste generoso, donando tus órganos, actuación digna de un gran paisano y señor y de una gran familia.
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