Y encima se ríen esos cabrones
La señora juez Murillo se ha equivocado, no ha estado correcta en su afirmación, y por este motivo ha recibido su castigo. Los "señores" a los que juzgaba, con independencia de que estuviesen disfrutando y divirtiéndose en el juicio, no son cabrones y, por tanto, no se les puede llamar así.
Cada cosa tiene su nombre y nuestro lenguaje, además, es muy rico en adjetivos calificativos. Cabrón o macho cabrío es el compañero de la cabra y no debe utilizarse como término para definir a las personas que juzgaba.
Señora juez, tiene usted infinidad de nombres y adjetivos con los que definirles: terroristas, criminales, cobardes, asesinos... Para encontrar las palabras que les califican basta con analizar el principal rasgo que los define y es que matan indiscriminadamente, no importa que sean niños, sean padres de familia, sean buenas personas, etcétera; cuanto mayor sea el daño que causan, mejor para su absurda y corrupta causa.
No obstante, entiendo que lo haya dicho, ya que ellos se jactan de lo que hacen y se divierten viendo el dolor que provocan. Por este motivo, respeto su decisión de utilizar como calificativo un insulto popular, pero le sugiero que, en futuras ocasiones, no use la palabra cabrón, ya que a estos señores les encaja mejor el término "hijos de p".
Gracias, señora Murillo, por ser así.
Y a la señora viuda de Mújica, viuda no por casualidad ni por accidente, decirle que es un símbolo de dignidad y que su mirada se ha grabado en la retina de mucha gente de bien de este país. ¡Cuántos nos sentimos en comunión con ella! Vaya mi admiración y cariño. Desgraciadamente, sabemos que es probable que la indignación, rabia y desprecio de su mirada acaben pasándole factura.
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