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Por sus frutos los conoceréis

9 de Noviembre del 2011 - Marino Iglesias Pidal (Gijón)

No ofrece dudas la afirmación de San Mateo. Es así porque no puede ser de otra manera, pues si un árbol cambiara el signo de sus frutos no pasaría a ser un árbol malo que da frutos buenos, o un árbol bueno que da frutos malos, simplemente dejaría de ser lo que fue para ser de inmediato lo que es. Sin embargo, están otras características que saltan a la vista y que identifican plenamente, quizá no la condición de un ejemplar específico, pero sí la familia a la que pertenece. Otro tanto de lo mismo ocurre con los políticos, como, una vez más, quedó demostrado en el debate Rubalcaba-Rajoy.

Yo, que nunca me ocupé de conocer las doctrinas de una u otra índole porque nunca me interesó la política, de haber desconocido la militancia de los contendores, no habría tenido ninguna duda para identificar su posicionamiento político. La simple postura corporal da una pista certera al respecto. No digamos cuando comienzan a actuar. No importa cuántas batallas hayan librado.

Antes del debate, distraído, oigo una voz procedente del televisor: más que un cara a cara van a tener lugar un culo a culo. De inmediato adjudiqué la frase a alguien de la siniestra y, efectivamente, el tipo de fino verbo era uno de la plantilla de ERC que, por fuerza, dada la disposición física de sus párpados superiores descolgados, cubriéndole la mitad de la pupila, ha de ver culos cuando mira cabezas. Después Rubalcaba y anteriormente Felipe y Guerra, gente de la más curtida en estas lides, pero cuya evolución en todos ellos sigue la misma dirección; vulgares y arteros sin solución. Debe de ser algo congénito en estos personajes siniestros.

Por eso, para mí no es decisiva la identidad del partido sino la de sus integrantes. Probablemente, si me pusiera a contrastar los predicados de las doctrinas, me inclinaría por el socialismo, pero con el personal de este PSOE, ¡ni loco!

Del debate en sí no vale la pena hablar. Hasta resultó natural que a Rubalcaba le traicionara el subconsciente cuando le dijo a Rajoy: «Ahora el que miente es usted», lo cual evidenció lo embustero que él mismo es.

En definitiva, nada relevante. En mi caso, lo único, no puedo evitarlo, por si leyera esto algún correligionario de Rubalcaba, facultado y que no quisiera dejarlo en peor lugar, que por favor deshaga el error que, por lo visto, hay en mi pensión y me la ponga en los 742 euros de mínima que dijo su candidato, que la que estoy recibiendo dista mucho de ese supuesto. Ah, que me llamó un poco la atención la señora Pepa, podían ponerla a otra cosa al decir que habían venido medios de comunicación de países del extranjero. Me puso a pensar unos segundos, hasta que admití que se había expresado con propiedad, pues, dada la sui géneris y peculiaridad de España aquí no cabría la expresión de otros países sin más, ya que esta forma se prestaría a confusión, pues muy bien podría tratarse de países españoles y no de países del extranjero.

Hoy por hoy, España sigue siendo diferente.

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