La Nueva España » Cartas de los lectores » Adiós ZP, adiós

Adiós ZP, adiós

10 de Noviembre del 2011 - José Antonio Gutiérrez González (Piedras Blancas (Castrillón))

Llegó con el optimismo como bandera y se van con la frustración reflejada en el rostro y el abatimiento en sus gestos. Es el triste destino de los iluminados. José Luis Rodríguez Zapatero se sintió el elegido para rescatar al PSOE de su aislamiento y a la vez elevar a España al nivel de las grandes potencias. El problema de los visionarios es que su luz propia en ocasiones les ciega y pierden la noción de la realidad. Hasta que ésta se impone y les muestra su desnudez, porque carecen de poderosas armas para enfrentarse a la realidad.

En cuestión de días España se habrá librado del peor presidente de nuestra democracia. Zapatero va a dejar tras de sí un país muy desmoralizado, con las arcas públicas vacías y la triste y desoladora cifra de cinco millones de parados que quieren trabajar y no pueden.

Se va, pues, aquel político que llegó la noche del 14 de marzo de 2004, tres días después del 11-M más trágico de la Historia, asentía y era recibido a gritos de ¡No nos defraudes! Se va Zapatero y una gran mayoría de españoles tiene la sensación de alivio por la marcha de un político que lo enmarañó todo y ya no pasará, precisamente, a la Historia para ser contada.

Evidentemente, es cierto que la crisis ha azotado a todo el mundo, pero en todos los países, con más o menos acierto, se han llevado a cabo políticas de austeridad desde el primer momento. Ese primer momento en el que ZP era el único mortal que negaba la existencia de la crisis, ya que lo único que parecía preocuparle era ser reconocido como el líder de una Alianza de Civilizaciones, a la que sus homólogos pronto le dieron carpetazo. Pretendía un reconocimiento internacional que nunca le llegó y que, en buena lógica, debería haber emprendido previamente un encauzamiento de su propio país. El juicio definitivo a Zapatero, pues, queda para la Historia.

En la larga hilera de epitafios que le han escrito a ZP desde que tiró la toalla y anunció que no sería presidente se ha convertido en lugar común la afirmación de que su mayor error es achacable no solamente a su falta de visión política y económica, sino de una manifiesta irresponsabilidad. Zapatero ocultó la verdad sobre la situación económica antes de las elecciones de 2008 para tratar de asegurarse una nueva victoria en las urnas. Incluso, después, ignoró todas las advertencias sobre la gravedad del momento.

Sólo la presión exterior le obligó a decir la verdad a los españoles. Y aun así, José Luis Rodríguez Zapatero se despide con otra demostración de incongruencia. En el pasado mes de julio justificó su decisión de alargar hasta noviembre una legislatura muerta desde hace meses con la excusa de que era necesario adoptar importantes medidas. Posteriormente manifestó que no hacía falta.

Aunque no totalmente culpable de la crisis, evidentemente sí es responsable de no haber aprovechado los años de bonanza para sentar las bases de una economía más sólida y menos fantasiosa que indudablemente habría permitido a España resistir mejor el humillante daño del paro y el azote financiero que hoy estamos padeciendo.

Ha sido un gobernante patético, incompetente y embustero hasta el último minuto, pues hasta en lo de irse y no irse también mintió.

Pero, en fin, como a todo lo malo hay que buscarle el lado bueno, debemos pensar que España, para salir del hoyo, ha de ganar confianza. Y la primera y mejor condición para que ello suceda, estamos seguros, es la marcha de José Luis Rodríguez Zapatero.

Y no se trata de despedirlo como hace unos meses lo ha hecho el escritor y académico Arturo Pérez-Reverte, pero sí conviene recordar aquello de que, también en España, cualquier ciudadano puede llegar a ser presidente del Gobierno.

Cartas

Número de cartas: 46053

Número de cartas en Septiembre: 157

Tribunas

Número de tribunas: 2086

Número de tribunas en Septiembre: 8

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador