S.O.S. por la iglesia de Espinaredo
El templo parroquial de Nuestra Señora de las Nieves del valle de Espinaredo se encuentra ubicado en el lugar de la villa de dicho valle. Está flanqueado por un tejo y un tilo centenarios.
Todos los feligreses de esta parroquia han sido siempre muy devotos de esta Virgen desde los años de su construcción. El 5 de agosto, la plaza de este típico pueblín se llena de gentío que acude a la misa de la Virgen. Después de muchos años fuera, casi todos los que marcharon vuelven alguna vez a esta misa, donde, tras la procesión entre los hórreos del pueblo y sus estrechas calles, participan en la rifa de los panes.
A lo largo de tantos años, muchos fueron los párrocos –como es el caso de don Juan, don Antonio, don Luis, don Demetrio– que cuidaron de esta construcción emblemática junto con los vecinos. Años atrás y con estos arreglos, que nuestros antepasados sufragaron con mucho sacrificio a pesar de no tener mucho dinero, la iglesia fue cambiando su primitiva imagen, pero con su original encanto y siempre en buen estado.
Ahora, tras varios años de sólo retejar, el tejado de la capilla posterior se hunde. Las goteras que resuenan al caer en los calderos han sido compañía en varias misas y funerales recientes, a pesar de haber arreglado una pequeña parte con donativos de algunos vecinos y simpatizantes.
La iglesia de Espinaredo necesita una gran reforma con urgencia, un nuevo lavado de cara después de tantos años posponiéndolo.
Todos los que habitan en el pueblo y son oriundos han sido bautizados, han comulgado, en la mayoría de los casos han contraído matrimonio y han enterrado a sus antecesores. De los que fuera se encuentran, casi otro tanto sucede y, como en mi caso, al llegar el verano y durante el año en muchos casos volvemos y acudimos y durante el año en muchos casos volvemos y acudimos a misa y disfrutamos de las fiestas cristianas.
En estos tiempos en que lo religioso no está de moda, muchos dirían: «¡Bah!, a mí eso no me importa». Y yo me pregunto: ¿qué está pasando para que se pierdan las buenas costumbres que nos inculcaron nuestros mayores? Puede que muchos no acudan a misa, pero se casan, hacen comulgar a sus hijos y acuden a los funerales de los vecinos que nos acompañaron durante muchos años. Llegado el momento, a todos nos gustaría recibir un responso y a muchos descansar en ese pequeño cementerio del pueblo, hace poco visitado por muchos oriundos que viven fuera, para visitarlo.
Dada esta urgencia se han hecho varias cosas con el fin de recaudar ayudas: lotería de Navidad, calendarios y cintas bendecidas de la medida del cetro de la Virgen de las Nieves.
Algunas gentes apelan a que sería el Obispado el que sufrague estos gastos, pero no sólo es este templo el que está en mal estado; muchos están en ruina en el Principado y los donativos deben repartirse entre todos los que lo necesitan. Nuestra parroquia ha sido beneficiada con una buena cantidad, que no llega para cubrir los gastos del presupuesto.
Yo lanzo esta llamada de socorro y pido el donativo que la Virgen se merece y la parroquia agradecerá. Dentro de unos días, comenzarán las obras y se esperan los donativos de los feligreses que puedan hacerlo en la medida de sus posibilidades. Deben igualmente los que no lo son –los que lejos se encuentran y los que a menudo pasan temporadas en Espinaredo– contribuir a estos donativos, porque un día lejano allí estuvimos un día de Pascua y lo celebramos, el día de los Santos y el día 5 de agosto volveremos a venerar a la Señora, que tantos favores ha hecho a muchas familias.
Nada más tengo que decir. He querido poner mi granito de arena en favor de este pueblo que tanto quiero y recordaros que como dijo Jesús: «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».
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