¿Hacia dónde camina nuestro paraíso natural? I
No hay más que abrir los ojos para ver lo que está pasando en Oviedo, en la superficie, en lo que puede verse a simple vista, sin meterse en profundidades. ¿Qué pasa con el Parque San Francisco? ¿Quién es el responsable?...
Se emplean máquinas que producen un ruido desastroso, que alteran la vida de la fauna y molestan a propios, a turistas, a los que buscan disfrutar del sosiego natural en ese reducto privilegiado de nuestra ciudad, a los niños y hasta a los perros. El espacio no es tan grande, no hay tanto césped como para no poder segarlo a guadaña, igual que toda la vida... Las abundantes hojas siempre se recogieron con el garabato. ¿Lo prohíbe acaso el actual Estado del bienestar?... Uno se asombra de que el Ayuntamiento disponga de tanto caudal. ¡Esas máquinas cuestan una millonada, para sí las quisieran en Hyde Park!... Me imagino el gasto de mantenimiento y consumo que este «parque de máquinas del Ayuntamiento» echa encima de las arcas municipales. ¿Se habrá beneficiado alguien de la compra de tales artilugios: segadoras, desbrozadoras, soplahojas, coches portadores, etcétera?... ¿Qué está pasando? ¿Quién se ocupa de los jardines? ¿Quién cuida el medio ambiente? ¿Por qué nadie protesta ante tanto despropósito? Es bueno velar por la comodidad de los trabajadores, pero, a mi juicio, lo es mucho más emplear a los desempleados. Hay mucha gente en el paro y este parque necesita atención humana, cuidados atentos y vigilancia continua. Tenemos una joya natural en el centro de la ciudad y como tal hay que tratarla. Los árboles absorben el CO2 y ese beneficio no se puede contrarrestar fumigando los parterres con productos no ecológicos. Eso es un despropósito. Yo lo he vivido y por eso lo cuento. Más de una vez me he tenido que ir del parque escapando del ruido y de los empleados que fumigan con mascarilla, claro está...
M.ª Ángeles Fernández García, Oviedo
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