¿Cambio?, ¿qué cambio?
No sabemos si la gente se ha dado cuenta que el slogan que el PP ha elegido como estandarte en esta campaña electoral está mas usado que un coche de quinta mano. De hecho fue el mismo que utilizó el PSOE cuando Felipe González ganó las elecciones, o el que también usó Obama y el Partido Demócrata en EE UU y así podríamos seguir hasta llenar varias páginas. Pero el interés no está en la poca imaginación que parecen tener los gabinetes electorales, (Rajoy ganaría las elecciones con cualquier otra palabreja como bandera) sino en porqué nadie nos ha explicado que es lo que va a cambiar, seguramente para que no nos demos cuenta que son muy pocas cosas, para eso está hecho el bipartidismo.
Cuando al general Franco le quedaban dos telediarios dejó sentenciado nuestro futuro con una frase, nunca mejor dicho, lapidaria: todo queda atado y bien atado. Algunos ingenuos pensaron que, con la llegada de la democracia, los deseos del dictador fueron truncados, pero nosotros no pensamos así. Cuando el régimen franquista agonizaba ya se habían tomado las medidas necesarias para dar una salida controlada a la situación que se iba a plantear. En Portugal el asunto casi se había ido de las manos y no se podían correr riesgos. La muerte de Carrero Blanco a manos de ETA fue como la de Aldo Moro a manos de las Brigadas Rojas, era otra mano la que estaba detrás, meciendo la cuna.
El rey D. Juan Carlos, al que se le dio a elegir entre 3 candidatos, confió a D. Adolfo Suárez que, no lo olvidemos, era ministro Secretario General del Movimiento, la transición democrática. Pero quien se podía imaginar que un hombre del régimen, aupado a la política por un viejo falangista como Herrero Tejedor, les iba a salir rana.
Suárez legaliza al PCE, se niega a entrar en la OTAN, no quiere reconocer el Estado de Israel, recibe en España a Yasser Arafat, envía una delegación como observadora a la Conferencia de Países no Alineados, etc. Eso era demasiado, qué se creía este hombre. Por eso le dieron un golpe de Estado, el de verdad, no la fantasmada de Tejero. Como en Portugal, también se propinó un golpe de timón, para que todo siguiera los cauces establecidos, qué importaba la democracia, la libertad volvía a ser la de la zorra en el gallinero.
Por eso, dejémonos de tonterías, no hay mucha diferencia entre que gobierne el PSOE o el PP. Es cierto que Zapatero y los suyos han dado pruebas de una incompetencia difícil de superar, pero, seamos justos, la creación de la burbuja inmobiliaria y la desastrosa gestión de los gobiernos municipales y autonómicos del PP (Oviedo y Valencia, por ejemplo) son logros exclusivos de los populares. El bipartidismo debe compartir la responsabilidad de haber conseguido poner a España a los pies de los caballos.
Pero también coinciden PSOE y PP, en líneas generales, en política exterior, en política de inmigración, etc, pero sobre todo en política económica. Como Zapatero, Rajoy tampoco va a atacar la economía sumergida (aunque representa el 23% del PIB, no le ha dedicado ni dos palabras en toda la campaña electoral), ni va a ejecutar las reformas verdaderamente imperativas para salir de la crisis. El nuevo presidente y el nuevo Gobierno lo que harán es, como han hecho los socialistas, exprimir a los ciudadanos como limones, eso sí, seguramente cambiarán el exprimidor manual por el automático, enchufado al Fondo Monetario Internacional, en eso, básicamente, consistirá el cambio. No es una profecía, es lo que ha sucedido en Grecia, en Portugal y en Italia, nosotros somos los siguientes de la lista.
Aquí, en Asturias, la pantomima todavía es mas escandalosa, no guardan ni las formas. Unidos, incluso con IU, en un pacto tácito, el del Tripartito, contra el Gobierno del Principado, esperan conservar sus cuotas de poder, institucionales o fácticas. FORO y Cascos que, como D. Adolfo Suárez, parece que ha sufrido una bendita metamorfosis, les han roto los esquemas.
Así que, si de verdad queremos un cambio, ya sabemos lo que tenemos que hacer el 20 de noviembre.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo