Ausencias en el 11-M
Cinco años ya de aquel criminal atentado terrorista en Madrid. Sus víctimas, gentes humildes que en unos trenes mañaneros iban a sus trabajos. Aquella masacre es una herida en el corazón de todos los españoles. Una herida cerrada en falso, como se demostró en un juicio que fue una verdadera farsa, televisada además para más recochineo. Sí, porque seguimos sin saber quién o quiénes pusieron las bombas, y qué cerebro criminal planeó y dirigió el atentado, que pegó un vuelco a un proceso electoral. ¿Coincidencia? ¿Intencionalidad? Misterio, digamos más bien, que no llegaremos a conocer o desvelar nunca. Para mayor dolor e indignación de los familiares de las víctimas y de la ciudadanía en general.
En el recuerdo rendido a las víctimas del 11-M, en Madrid, en su quinto aniversario, hubo lamentables e injustificadas faltas: el Rey, el presidente del Gobierno socialista y el presidente del Partido Popular. Nadie les representó tampoco. Y, como remate despreciativo, la rabieta de los socialistas madrileños que no asistieron tampoco con el alegato de la cancelación de la comisión de investigación esa por un supuesto espionaje que, con la cacería de Bermejo y Garzón, acabó de enturbiar más aún las aguas políticas por las que navegan Gobierno y oposición. Cada vez más enfrentados –venga mierda y ventilador, por parte y parte– cuando tenían que hacer causa común para sacar a España de esta crisis que nos va a dejar a todos para el arrastre.
Lamentablemente, sí, de unos y otros. Y, si se me permite, hasta un desprecio para las víctimas del 11-M y sus familias. El acto de la mañana, una corona y un reducido número de gentes con la presidenta y alcalde de Madrid a la cabeza. Por la tarde, un señorial concierto –hala, por los muertos música, en vez de un funeral– con masiva asistencia de relevantes personalidades del mundo social y político, entre ellas, los Príncipes de Asturias. Una nueva jornada de doloroso recuerdo ha sido este otro 11-M. Por la tarde, concierto. A la mañana, «desconcierto», con lamentables ausencias.
Bueno, el desconcierto es general hoy en Celtiberia, mañana y tarde. Siempre. Y una gran preocupación por la situación política y económica que se vive.
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