Cascos, Asturias no es eso

El 6 de diciembre de 1931 Ortega y Gasset dictó una conferencia, en el Cinema de la Ópera de Madrid, sobre la deriva que llevaba el régimen republicano y pronunció la famosa frase: la República no es eso, no es eso.

Vd., Sr. Cascos, irrumpió en la sociedad asturiana, rodeado de una guardia pretoriana y prometiendo a la ciudadanía, en Tineo y en otras ciudades, «... que Foro Asturias tiene que basarse en cuatro pilares y uno de ellos es la cercanía a los ciudadanos y la democracia interna como compromiso». Un mes más tarde engaña y manipula a sus militantes, en el congreso fundacional de su partido, al no aceptar las enmiendas aprobadas por la mayoría de los asistentes al mismo, sobre la limitación de mandatos a un máximo de 8 años y la elección directa por todos los militantes de los candidatos que desean que les representen, con el burdo pretexto de que no hay tiempo para celebrar primarias.

Vd., Sr. Cascos, no cree en la democracia liberal –y así lo manifestó en su discurso de elección de presidente de su partido– ni en la democracia interna y retuerce las normas e incumple las enmiendas aprobadas a los estatutos de Foro Asturias, cuando no se adaptan a sus intereses. Por tanto, Vd. ha despreciado las libertades individuales que son la base de la creación, del conocimiento y de todo lo que tenga que ver con la verdad, la libertad, la prosperidad y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.

Vd., Sr. Cascos, es de los que creen, al igual que el PSOE, que para que funcione la economía y se solucione el paro es preciso conceder a los sindicatos lo que pidan, no sólo no reducir las empresas públicas asturianas sino aumentarlas (como su anuncio de crear otra entidad para «centralizar» los fondos mineros) y que éstas continúen con la mayor ratio de liberados sindicales de España, a los cuales pagamos entre todos los ciudadanos con nuestros impuestos –quizá por eso Asturias es la segunda región de España con el mayor tipo marginal del IRPF y la penúltima región en crecimiento del PIB–. Pero lo que Asturias necesita, y también el resto de España, son, por ejemplo, medidas liberalizadoras y no intervencionistas, en las que Vd. no cree; sólidos principios éticos, de los que carece; el gobierno de los mejores y no el de sus amigos, o amigos del PSOE –Machado escribió que «... yo os aconsejaré desdeñar la política mala que hacen trepadores y cucañistas, sin otro proyecto que el de obtener ganancia y colocar parientes...»– y reformas en profundidad del sistema educativo basado en el conocimiento, el esfuerzo, el mérito y en el respeto al docente para acabar con el adoctrinamiento del socialismo y la baja calidad educativa que nos ha colocado en los últimos puestos de la OCDE, para lo cual sólo precisa copiar a su «amiga» Esperanza Aguirre.

Porque Asturias, como el resto de España, está sumida, gracias a la ideología socialista y nacionalista, en una profunda crisis institucional y ésta es sensiblemente peor que la económica, puesto que para que exista el libre mercado, la inversión, la competencia, la confianza y la creación de puestos de trabajo es preciso tener un marco jurídico estable, con normas claras y de igual aplicación para todos los ciudadanos.

Para llevar a cabo las medidas citadas es imprescindible un pensamiento político y no complejos ideológicos como el de la «transversalidad», el «reformismo» y estar todo el día hablando del «país» asturiano. Los asturianos sabemos perfectamente quiénes somos desde hace muchos siglos y no tiene Vd. que venir ahora a lanzarnos palabras huecas y populistas.

Vd. ha demostrado lo que le preocupa y enorgullece Asturias, presentándose por Madrid y, además, sin que figure el nombre de Asturias en ninguno de los carteles: «Foro necesita tu firma».

Alrededor del 50% de los militantes o simpatizantes de su partido nunca habíamos pertenecido o apoyado a un partido político y no crea que eso fue debido a su persona o a su carisma político, sino porque en Asturias se había producido una «tormenta política perfecta» y gracias al trabajo anónimo, la ilusión y el esfuerzo desinteresado de centenares de asturianos, Vd. se aprovechó de ese movimiento social mediante, entre otras cosas, el engaño de comprometerse a aplicar la regeneración política a través de la democracia interna en Foro Asturias que surgió, como en las épocas más importantes de las revoluciones liberales de Occidente, del cansancio de los ciudadanos y, sobre todo, del afán de emancipación política de los sectores más desarrollados política y moralmente de la sociedad y que fueron los que le apoyaron (y hablo en pasado) incondicionalmente. Vd. es el responsable directo de haber roto la ilusión del inicio del cambio que debería haber sentado las bases de esa regeneración democrática en la que nunca creyó. Si como estamos viendo en Foro Asturias de lo que se trata es de cambiar a unos caciques por otros, o de mantener a parte de los socialistas, no cuente con los ciudadanos que creemos en las libertades individuales, en la ética y en la democracia liberal, no cuente con nosotros para votarle el 20-N porque, desgraciadamente, en España ya existen demasiados partiditos regionalistas y nacionalistas para votar al suyo, porque Sr. Cascos no hay caciques buenos o malos, sólo caciques y como ya escribió Plutarco, «el verdadero destructor de las libertades del pueblo es aquel que reparte botines, subvenciones y regalos» y Vd. está siguiendo esa misma línea que tanto criticó.

Lo que España necesita, en estos momentos críticos que estamos viviendo, tanto desde el punto de vista político, institucional, social y económico, es un gobierno con mayoría absoluta y holgada del PP para que pueda aplicar su programa sin cortapisas ni chantajes de partidos como el suyo.

Como tantos miles de asturianos, yo le creí cuando dijo que en su partido iba a existir la cercanía al ciudadano y la democracia interna a todos los niveles para canalizar ese movimiento social de emancipación política de los ciudadanos asturianos y, como Zola escribió en su obra «Yo Acuso», creímos «... que el despotismo había desaparecido para siempre, que se había conseguido la libertad, sobre todo esa libertad humana que permite a cada conciencia afirmar su deber en la tolerancia de las demás opiniones». Como en Foro Asturias no ha sido así, deseo manifestar públicamente que he dejado de ser miembro de su partido, con anterioridad a las elecciones del 22-M y no le apoyaré el 20-N, ni nunca más, porque al contrario de Groucho Marx, los liberales tenemos unos principios y si no le gustan no tenemos otros.

Florencio Fernández

Auditor y Economista

Ex miembro de Foro Asturias, Madrid