Excrementos a tope para ellos
Recordatorio. La mayor perfección del hombre es cumplir el deber por el deber. Hugo.
En el caso de que encontremos materias gozosas no nos detengamos en ellas como seducidos por el canto de una sirena (firma y rubrica Rabelais en una de sus obras literarias magníficas, la cual estamos requetepasando ya entrada la tarde/noche, 20.42 de ayer).
Bien. Decíamos al principio que decía Rabelais «de que hallemos gozosos días, tardes y noches, no nos detengamos definitivamente». ¿Os fijasteis en el perro que acaba de encontrar un hueso con tuétano? El perro es (os reiteramos, como firmó y rubricó Platón) «el animal más filósofo del mundo: si lo habéis visto, habéis podido notar la devoción con la que lame su hallazgo, con qué fervor lo retiene, con qué diligencia se lo lleva. Ya sé, ya sé que tengo algunos detractores, todos ellos envidiosos: están en su derecho, pero excrementos a tope para ellos...».
Amables lectores, despedida y cierre. Encantadoras y queridas/os lectores, mil gracias y besos por interesaros por este escribidor. ¡Cómo sois! ¿Sabéis? Vuestras atenciones por uno llegaron con sus deliciosos contenidos de cariño. Que todos los cielos os lo paguen.
Érase una vez.
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