La Vetusta episcopal y la civil
Sin entrar en el fondo del asunto, provincia y diócesis designan el territorio de una jurisdicción. Diócesis viene del griego; provincia, del latín. Digamos que los obispos, más finos, llaman a su provincia diócesis, mientras que los gobernadores, más prácticos, le llaman a su diócesis provincia. Como el territorio de mandar muchas veces es el mismo, el conflicto está servido. Métete en lo tuyo. No te metas en lo mío.
A las jurisdicciones también les llaman brazos (que los juristas pasan del latín a la anatomía con mucha familiaridad), y tenemos así el pulso inevitable entre el brazo secular y el eclesiástico. El encontronazo de Clarín con el obispo Martínez Vigil, a raíz de la publicación de La Regenta, fue de los que hicieron época. No sé si es propio de Vetusta o común a las capitales de provincia ese recurrente roce con la mitra; el caso es que, como si lo de Clarín hubiese sido el clarinazo de salida, de entonces acá se han ido multiplicando las fricciones, hasta llegar a nuestros días, que en cuanto un obispo abre la boca (como acaba de ocurrir) salen los clarines en tromba denunciando alto y claro que hasta ahí podíamos llegar.
Y cada clarín, según su estilo, le aclara a monseñor hasta dónde puede llegar, dónde se tiene que parar y cuántas estaciones se ha pasado. Cada clarín aplicando, con mucho rigor y distinción de conceptos, lo de a Dios lo que es de Dios y al César lo del César. Doctrina muy segura que, a la vista está, es asignatura obligatoria en la Facultad de Oviedo, mientras se diría que propenden a olvidarla en sede episcopal.
Pero para estilo claro y recio el del Sr. Lastra, ese jefazo del frente popular local que no se anda por las ramas y le manda al obispo de Vetusta que, antes de hablar, se remangue las faldas (así llaman a la sotana en el pueblo de Lastra), y se arrastre los güevos (así llama Lastra a los testículos) por el asfalto. Práctica habitual en la tropa socialista esta de arrastrárselos; que en eso, dice Lastra, dan ejemplo. Tal vez es por ello que (como diría Cueto) muy recientemente han dado con los eso en la ceniza.
Para tenérselas tiesas a un obispo en plena Restauración eran necesarios el talento y la audacia de Clarín. En cambio, en estos tiempos, para lo que se necesita valor (Greciet lo tiene) es para echarle una mano a un obispo en apuros. Tal vez es por eso que (volvería a decir Cueto) de candidatos a clarines tenemos overbooking.
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