La chistera de Trevín
Va Trevín a tumba abierta y propone pagarles a los empresarios ocho mil quinientos (8.500) euros por cada contrato nuevo. Nos tienen acostumbrados a que de las chisteras salgan conejos, pero Trevín es muy gracioso y saca de la suya un chiste. ¿O será que descubrió Trevín el programa oculto del PP y se lo está pisando? Porque esto de ver a un barón del socialismo ofreciendo dinero a manos llenas a los empresarios. ¿No habíamos quedado en que lo suyo eran los pobres (sobre todo los nuevos que fabrican, mandándolos al paro)?
De tomarla en serio, solo se me ocurre una objeción de fondo a la graciosa generosidad de Trevín. Y es que, metidos en gastos, por qué se queda corto y no ofrece exactamente el doble, diecisiete mil. Se reabsorbería el paro de un plumazo, pues con 17.000 euros se paga el salario mínimo de un año y todavía le quedan al empresario 5000 euretes, digamos que de gastos de gestión. Y de paso se acabaría con los funestos mercados (no hay mercado que resista que el gobierno les pague a los empresarios el salario de de sus trabajadores).
Dirán los aguafiestas que de dónde iba a salir tanto dinero. Pues de la misma caja de la que saca Trevín los 8.500, ya que de una caja sin fondo(s) lo mismo salen 8.500, que 17.000, que 25.500 (el caso es no abusar). Lo que cuenta es que los cortes (no confundir con los recortes) se hagan por tramos de 8.500 (que debe de ser la cifra mágica de Pitágoras, la famosa Tetraktýs, reformulada no se sabe si en el microondas que tendrá Trevín en casa o por un acelerador de partículas que tienen unos amigos suyos en la facultad).
Hubo un chico que quería ser aviador y le preguntaron en el examen de ingreso:
-Imagínese en vuelo. ¿Cómo reaccionaría si un rayo le destruyera un motor?
-Seguiría volando con el otro motor.
-¿Y si otro rayo le destruye ese otro motor?
-Pues entonces seguiría volando con el otro motor.
-¿Se puede saber de dónde saca usted tanto motor? Pregunta el profesor de vuelo, ya mosqueado.
-Del mismo sitio del que saca usted tantos rayos, contesta el aspirante sin cortarse.
Al chico que quería ser aviador, lo suspendieron. Trevín, en cambio, cuenta sus horas de vuelo y quiere ser ministro del aire. Así nos va, tantos años volando con pilotos expertos en vuelo sin motor. Pero se acabaron ya los chistes y las chisteras. Apriétense los cinturones. Aterrizaje de emergencia. El batacazo, sin embargo, será para los militantes de a pie; Trevín y compañía seguirán volando (aunque sea sin motor) como diputados, senadores y otros cientos de cargos y carguetes. Este parece ser el programa oculto de los dirigentes del PSOE: Ande yo caliente y ríase la gente.
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