Gabino de Lorenzo y sus brabucones
Durante años, los concejales Paloma, Carreño y Ramos han sufrido las formas y los modos absolutamente caricaturescos, burlones, chulos y prepotentes de la pandilla del señor Gabino. Las grescas eran frecuentes en el Ayuntamiento de Oviedo. Jamás han tenido en consideración a la oposición, usaban su rodillo de mayoría para campar a sus anchas.
La señora Paloma Sainz decía meses atrás: «En los plenos se discute exactamente de lo que el Alcalde quiere ya que las proposiciones de la oposición son sistemáticamente rechazadas en las comisiones y no se escuchan más insultos que los de su equipo de gobierno». Todos tenemos en mente aquellas grescas que montaban Gabino y su cuadrilla con cada concejal al que le diera por interpelar y contradecir en cualquier materia a los que se creían propietarios del cabildo y actuaban como dueños de su rancho particular, sin respeto a la institución que representaban.
Ahora han dado con la cuña de su propia madera, los concejales de Foro, son piezas que no encajaban dentro del PP, y crearon su propio engendro de partido, liderado por un tal señor Cascos que ha batido todos los récords posibles –en cinco meses perder la mitad de votantes– y ocurre lo previsto: no les vale usar las mismas conductas y actitudes grotescas con ellos como hacían con Paloma Sainz. No merecen disculpa ninguno de ellos, por su comportamiento de niñatos egoístas y mal criados, pero el señor De Mesa me parece que se metió en la boca del lobo: sin ayuda de la bancada socialista o de IU, lo comerán enterito.
Los concejales del PP tienen un concepto de democracia muy particular; ahora vuelven a estar creciditos por el triunfo de Rajoy, pero sin darse cuenta de que en Oviedo no tienen la mayoría absoluta de antaño que les hacía ser burlescos y no faltaran quienes les rieran semejante conducta. Foro, PSOE e IU deben unir fuerzas y quitarles del gobierno, no pueden semejantes bravucones seguir liderando un Ayuntamiento que se creen que es suyo. Por bien de la democracia no debemos permitir que dentro de las instituciones se falten al respeto unos a otros; allí se está a lo que se deben: trabajar por y para los ciudadanos del municipio. Se puede discutir fuerte y enérgicamente, pero no se puede sobrepasar la línea de la falta de respeto.
El Alcalde y los concejales de un Ayuntamiento como Oviedo debieran ser los primeros en darse a respetar, y eso sólo se consigue si ellos respetan a los demás. Como no es así, ¡váyanse! a montar broncas al salón de casa. La reyerta entre el señor Caunedo y el señor De Mesa, por los insultos y el vocabulario barriobajero, carece del mínimo civismo, para diferenciar lo racional de las fieras. Les pediría por lo que representan que pidan perdón por su comportamiento. Si no es así, que no cunda el ejemplo de semejantes montaraces.
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