La Nueva España » Cartas de los lectores » Las leyes de la estupidez

Las leyes de la estupidez

5 de Diciembre del 2011 - Francisco Manuel Domínguez Menéndez (Avilés)

Imaginemos, sin exagerar, que en cada uno de los partidos políticos del arco parlamentario asturiano hay un número de diputados representativo de la estupidez humana que los ha elegido.

Imaginemos que todos y cada uno de estos representantes de la estupidez ciudadana piensan que los votantes de sus adversarios políticos son escasamente inteligentes por no haberles concedido su apoyo, ya que todos se consideran guardianes de la verdad única, plasmada en sus respectivos programas.

Imaginemos, como oí decir al profesor José Luis López Aranguren, en libre redacción, que los políticos no dejan de ser una realidad cultural que emana del pueblo y ejemplifican con su comportamiento las virtudes y las miserias inherentes a la sociedad que representan.

Imaginemos, como también dice Aranguren, que los problemas morales que aquejan a la sociedad son de índole tan compleja que requieren de una participación directa y activa en organismos independientes y críticos, no solidarizados con el poder, sino con la sociedad, en la consecución de un mundo mejor y más justo.

De lo antedicho, de forma imaginaria, se extraen algunas conclusiones: la primera es que todos los votantes, partidarios de una u otra opción política, somos estúpidos, ya que en consideración de los contrarios equivocamos nuestro apoyo y, además, hemos contribuido eficazmente a impedir el desarrollo de indudables políticas de progreso.

La segunda es que, no sé si tenemos lo que merecemos, pero sí que el estigma de procedencia es imborrable. La estupidez no sabe de espacios ideológicos al quedar estos mediatizados por un orden cultural superior. Los asturianos somos esencialmente estúpidos, incluida la clase política que procede de la misma sociedad.

La tercera conclusión se pregunta en qué situación moral se encuentran quienes solidarizan con el poder.

Me da la sensación de que las leyes de la estupidez apuntan más hacia quienes ostentan alguna parcela de poder que al ciudadano de a pie, sin que esto signifique que no haya en todos los estratos sociales un número, siempre excesivo, de estúpidos, entre los que yo no me encuentro. Faltaría más.

La estupidez y otras cosas que aborrecemos siempre son patrimonio de los demás, nosotros somos jueces, no parte, y como tales nos situamos en un plano superior.

Cartas

Número de cartas: 46057

Número de cartas en Septiembre: 161

Tribunas

Número de tribunas: 2086

Número de tribunas en Septiembre: 8

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador