Matizaciones a Ana García Boto
He leído la entrevista que le realizaron a la abogada doña Ana García Boto el pasado sábado día 3 de los corrientes, y me ha parecido sumamente interesante, pese a lo cual quisiera manifestar mi desacuerdo con algunas de sus opiniones, siempre dentro del más absoluto respeto.
En primer lugar, refiriéndose al control de calidad de la justicia, sí que sería deseable y necesario, pero también se hace urgente un control de cantidad, puesto que no es de recibo que un juez/a saque un número de sentencias, más o menos razonable, mientras que otro/a no saque ni la mitad.
En cuanto al jurado, estoy de acuerdo en que, a priori, pudiera ser mas objetivo, al ser su número superior, pero entiendo que hay que tener en cuenta que esos nueve miembros no tienen conocimiento alguno del oficio de juzgar, con lo cual son más manipulables por un abogado hábil, amén del incremento crematístico que su desarrollo conlleva, y más en los tiempos que corren, siendo la precariedad de medios el principal escollo. Posiblemente, el jurado, cuando más justificado estaría, es cuando se trata de reparar las villanías de algún que otro juez. Pero, en cualquier caso, cuando se habla del jurado, no puedo evitar acordarme de los juicios sumarísimos, por poner un ejemplo. En cuanto a la sospecha de que un juez, pueda convertirse en parte, la solución es cambiarlo por otro, y punto.
Cuando se refiere a la cadena perpetua, dice que entronca con la Constitución: No hay problema, acabamos de ver que no es intocable, tras treinta y cuatro años sosteniendo machaconamente lo contrario. Estados centroeuropeos con una tradición democrática mas antigua que la nuestra la tienen, y no pasa nada. En cuanto a la supuesta inconstitucionalidad de la misma, cabría alegar que tenemos no pocas leyes en vigor actualmente, que los son. El alcohol y las drogas: conduciendo es un agravante, igual que en el antiguo Código Militar, mientras que en otro ámbito es un atenuante, y qué podríamos decir de la ley Antiterrorista o de la de Violencia de Género (llamada por algunos ignorantes machista). La violencia es siempre violencia, y ha de ser castigada por igual, venga de donde venga; para lo demás, tenemos un buen abanico de atenuantes y/o en su caso agravantes, las cuales cumplen más que de sobra la función que puedan desempeñar leyes sustitutorias, dictadas no pocas veces por políticos que lo único que saben es ponerlo todo patas arriba y sembrar confusión entre los propios jueces, de paso. Referente al carácter reinsertador de las condenas, por supuesto que no estoy en contra, pero no ha de ser, como ocurre realmente, el objetivo principal. El delincuente ha de pagar por su fechoría porque, de lo contrario, seguiremos encontrándonos con la kafkiana situación actual, con una inversión de papales en la que acabará por ser culpable la víctima.
En cuanto a la ley del Menor, tampoco puedo estar de acuerdo con que funciona bien, y que es justa. Hay que asimilarla a la anglosajona, que yo creo que es más justa. No son crímenes puntuales, señora letrada, se repiten con mucha frecuencia, y no puede existir una desproporción entre el castigo que se le aplica a un justiciable de 17 años y once meses, y uno de 18 recién cumplidos; algo falla.
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