Un Rayo-Sporting y una quiniela hace 17 años
En febrero de 1994 estaba yo destinado en el cuartel de la G.C. de Durango (Vizcaya), y como solíamos hacer mi amigo y compañero Antonio y yo fuimos a jugar la primitiva, con un pálpito inusual en mí, también decidí coger un boleto de la quiniela, la cual hacía más de 14 años que no jugaba; lo primero que miré fue la casilla donde figuraba el partido Rayo Vallecano-Sporting de Gijón, una vez localizada rellené con un 2 en las ocho casillas de ese partido y a continuación el resto de los partidos con un orden aleatorio al azar, consolidando así una quiniela sencilla de ocho apuestas.
La sorpresa me llegó al comprobar en el periódico del lunes que el bloque n.º 6 tenía 13 aciertos, de aquella no existía el pleno al quince, el boleto estaba premiado con 180.000 pesetas de la época, era bastante dinero para un chaval de 23 años, fíjense que ofrecí una merienda a 40 compañeros, cambié las cuatro ruedas al coche con puesta a punto, mariscada con la novia que repetí al día siguiente por haber caído bien en el estómago y anular el pufo de la típica Visa, así y todo me quedó dinero para ahorrar y gastar en vacaciones.
El disgusto me llegó cuando comprobé que el fallo que me alejó de un pleno de catorce y de 9.500.000 pesetas fue el triunfo del Rayo Vallecano recién ascendido si no recuerdo mal ante un Sporting que se mostraba fuerte por entonces. Mi querido Sporting de Gijón y mi pasión por lo nuestro, por lo mío, el amor a los colores y mi fanfarronería dejaron huella en mí y varias preguntas.
Realmente si hubiera dado posibilidad a la alternancia de resultados, ¿podría haber ganado?, ¿gané 180.000 o perdí 9.500.000 pesetas?, si ya sé que las 180.000 se quedaron conmigo y les di su buena salida, pero haber estado tan cerca del premio gordo que me hubiera resuelto el tema de la vivienda me dejó un poco insatisfecho la verdad.
Algunas personas se hubieran tirado de los pelos y maldecido al equipo, ya pasa hoy día sin que se jueguen la quiniela a cara o cruz con el Sporting, como me ocurrió a mí, y la verdad no lo entiendo.
Ahora, 17 años después, se repite la misma historia, ya estoy en casa, mi querida Asturias, un Rayo Vallecano recién ascendido se enfrenta a un Sporting de Gijón ya no tan fuerte en resultados, se juega subir en la clasificación, ¿qué hacer? La quiniela me llama y si alterno ahora resultados y me gana el Sporting... Vale con hacerlo al revés para que salga al derecho. No me importa, seguro que acierto uno y fallo trece, lo cierto es que no maldigo al equipo, ni al entrenador, ni a los dirigentes, sé quiénes son y quiénes somos los demás, es lamentable leer una carta de otro avilesino publicada recientemente que cree, como creí yo, que las cosas han de ser como sugiere su opinión y no tal como son, si usted es socio y nuestro Sporting baja a Segunda, lo que tiene que hacer es renovar el abono lo antes posible para ver fútbol de Segunda en El Molinón. O es que cuando nos jugábamos el ascenso a Primera no le interesaba el club. Somos lo que somos, el entrenador es lo que es con sus aciertos y errores, no estudió en Can Barça, ni en el Chelsea, ni en el Milán. El presidente no sólo es una excelente persona y todo un caballero, también un sabio, siendo un privilegio tener personas como él en nuestro club. Miren otros personajes de otros equipos y piensen ustedes que por lo menos aquí no nos chulean, la proyección es de continuar existiendo, cuántos pueden decir lo mismo con esas deudas.
Volveré a poner un 2 fijo en todas las casillas, ya no por fanfarronería de ser sportingista, sino porque tengo confianza en mi equipo. Y si el resultado no es bueno, esta vez le echaré la culpa a los demás partidos, equipos, jugadores y dirigentes, y no al Sporting, porque a mí nunca me falla, el triunfo y la derrota es parte del juego, todo lo demás sí es pura suerte y azar.
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