El cantante y sus palmeros
Conocido el resultado de las últimas elecciones generales, era de prever la aparición de toda clase de críticas hacia las personas que componían el Gobierno saliente ya que, aunque todas las encuestas vaticinaban un cambio de Gobierno, nadie preveía una hecatombe de tal magnitud para el Partido Socialista.
Así se entiende la «desaparición» de prácticamente todos los miembros del todavía Gobierno en funciones, totalmente apesadumbrados y decepcionados por el resultado obtenido en los comicios del pasado 20 de noviembre.
Aunque la gran sorpresa en las elecciones haya sido el derrumbamiento del partido en el Gobierno, no debe de extrañar tanto viendo cómo hasta sus más fieles seguidores los abandonan una vez conocidos los resultados, pues no creo que el abandono haya llegado hasta a la hora de depositar el voto.
Porque resulta llamativo, y diría que hasta cómico, algunas manifestaciones y críticas dirigidas, en Asturias, concretamente, hacia el todavía ministro de Fomento, don José Blanco, por destacados dirigentes de su partido y del sindicato hermano. Resulta curioso y, como antes decía, sobre todo cómico, que lo tachen de «cantante» los que, durante bastante tiempo y hasta hace bien pocas fechas, hacían de palmeros en sus visitas a nuestra región. Que uno caiga en desgracia ante el resultado obtenido, sin duda tiene que ser asumido, va en el cargo, pero que las críticas y descalificaciones vengan de compañeros que no se sabe con qué intenciones tratan ahora de huir, de alejarse, del derrotado tiene que ser mucho más difícil de entender y llevar.
Triste tiene que ser oír o leer que compañeros que antes te reían las gracias y te aplaudían mientras se tenían responsabilidades de Gobierno renieguen de uno cuando se tienen que dejar, porque los ciudadanos así lo deciden, esas responsabilidades. También curiosas y llamativas, aunque al menos no tan cruel e indigno como lo anterior, resultan las manifestaciones de los compañeros de partido, del todavía ministro, de Llanes. Señalar ahora la finalización de la Autovía del Cantábrico como prioridad que exigir al nuevo Gobierno cuando, al igual que sus compañeros del sindicato hermano, callaban durante los años con responsabilidad de Gobierno los retrasos en la autovía, resulta poco menos que indignante.
Sería bueno que, igual que los ciudadanos han decido que «el cantante» diese por finalizadas sus actuaciones, decidiesen que terminase su actuación el grupo completo, esto es, con sus palmeros incluidos. Aunque mucho me temo que no tengan escrúpulos y los veamos, a no mucho tardar, actuando de nuevo de palmeros con el próximo cantante que venga.
Andrés Cuesta Villa, Oviedo
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