Las buenas causas unen a los buenos
Y también a las buenas, porque en días pasados, y a la vista ya de la conmemoración del primer centenario de la fundación del Real Titánico de Laviana, esforzado club de fútbol que inició sus andares deportivos en 1912 en coincidencia con el trágico fin del transatlántico «Titanic», se celebró en un salón del Ayuntamiento lavianés una reunión preparatoria con el fin de ir perfilando los actos que, con la mayor ilusión, se han de ir desgranando el año próximo con ánimo de festejar los cien años de vida del histórico club.
Lo más llamativo de la reunión antes citada es que en ella estaban representados los más variados estamentos tanto políticos como sociales y deportivos que componen el diario existir de Laviana. Allí todos, unánimemente, demostraron su entusiasmo, su sincero afán y su amor por los colores del viejo Titánico y por la comunidad lavianesa; y sin fisuras, sin discusiones inútiles, se comprometieron a prestar su colaboración más decidida a los actos que se preparan para festejar los cien años de fútbol en el concejo.
Y es que cuando se dejan a un lado intereses partidistas y deseos personales y se trabaja con coraje por una noble causa, el corazón del observador recibe una inyección de consuelo y esperanza en un mundo mejor, que buena falta nos hace a todos.
Bien por las mujeres y los hombres que representan al pueblo lavianés, hermanados todos por una causa digna y, si se quiere, cosa rara con los tiempos que corren, se puede calificar de romántica.
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