Persecuciones en Cangas de Onís
Todo comienza cuando un grupo de ciudadanos pedimos por escrito al señor alcalde se nos explique «cómo fue contratado el jefe de obras y servicios del Ayuntamiento», dicho escrito fue presentado el 5 de julio de 2007.
Desde el Consistorio se hacen oídos sordos y se intenta confundir al vecindario. Este país vive una corrupción «galopante», mejor dicho, «una epidemia». Y en la tierra de Pelayo sufrimos los efectos de un caciquismo total, los ciudadanos nos sentimos impotentes, pues somos meras marionetas en manos de esta clase política degradada y sin principios, carente de toda ética. Hace un año, se forma la asociación Tabardín, comenzamos a realizar denuncias sobre todo aquello que pensamos no cumple con la legalidad, y, entre ello, el tema al que me refiero, pero, como siempre, desde la Administración, sin noticias, o si las hay, son declaraciones públicas para acusarnos de injuriar.
Sin embargo, parece que los incomodamos tanto a nuestros mandatarios, como a una serie de personajes, ya que nuestras denuncias y comentarios, en nuestra hoja informativa, les levantan dolor de cabeza, pues pasan de la tranquilidad que da la inmunidad a ser comentario de tertulianos.
La temperatura sube, y estos señores se ponen nerviosos; hace días un miembro de esta asociación denuncia una presunta agresión, a otros dos se les realizan pintadas y reciben amenazas, vamos... al más puro estilo mafioso.
No cabe duda de que los únicos responsables son nuestros políticos (como en el noventa por ciento de los problemas), que por motivos nada claros siguen guardando silencio; tanto al alcalde saliente como al actual se les hizo la misma pregunta. Al ex regidor se le entregaron los escritos con las firmas, y solo para acallar las voces del pueblo dijo verbalmente que la plaza la sacó en el año 1994, pero sin más aclaraciones; a ese señor, como al regidor actual, se le pidió informara públicamente. ¿Por qué el jefe de obras ya ejercía anterior a esa fecha... cuando su puesto era el de policía local?
La libertad de expresión en Cangas de Onís no existe, miembros y simpatizantes de esta asociación estamos sufriendo el acoso de quienes ostentan el poder, más bien parece un cortijo privado, cuando estamos hablando de las instituciones, y tratando un caso público, del que los ciudadanos tenemos todo el derecho a ser informados.
La presentación de un libro en breves fechas que trata de la problemática en los últimos treinta años de la vida política en la primera capital de España está levantando expectativas y esperemos que sea una luz para ahondar en este mundo de tinieblas. Por último, y como resumen, que nuestros gobernantes no quieren o no pueden explicar esta presunta irregularidad.
La verdad, es como para exclamar... «¡en manos de quiénes estamos!»..., de pena.
Javier Con Fernández, presidente de la Asociación Tabardín, Cangas de Onís
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