Oviedo, erial tecnológico
La Universidad de Oviedo se encuentra en un momento crítico para su futuro. Actualmente busca encajar sus titulaciones en el marco del demonizado proceso de Bolonia. La vía elegida a medio camino entre la imposición gubernamental, a carrera de motorista, y la dictadura, más propia de repúblicas bananeras, no augura un mandato tranquilo al rector.
Debajo del discurso del «yo decido y mando» se oculta un futuro perverso para la ciudad de Oviedo, cuna de la Universidad hace cuatrocientos años, bajo el eufemismo de reordenación de titulaciones. Una lectura detenida de las noticias aparecidas en la prensa, bajo un prisma crítico, nos brinda una visión pesimista del futuro, como es la de convertir a la ciudad de Oviedo en un erial tecnológico, concentrando en Gijón todas las ingenierías (Química, Informática, Telecomunicaciones e Industriales) excepto Minas, que según los planes del Principado se iría a la villa de Mieres.
El traslado a golpe de decreto y BOPA generaría un desgaste político muy grande para el Gobierno regional, y por ello han buscado un método más democrático; cerrar el grifo económico a la Universidad y chantajear con el presupuesto al Rectorado. Esto es un salto al vacío, un suicidio académico, ya que no será la Universidad de Oviedo quien decida qué estudios impartir, sino un ente supremo y todopoderoso, como pueda ser el Gobierno regional, violando con premeditación y alevosía, por trece monedas de plata, la autonomía universitaria.
El sistema parece dar sus resultados, ya que de momento, los planes de estudio para las nuevas titulaciones de Ingeniería se están elaborando al margen de los órganos colegiados de los centros, que son los que tienen la elaboración de los planes de estudio entre sus funciones principales. Así, Informática ya se queja y con razón «para qué quieren ellos Química o Dibujo».
Si el Rectorado cede a las pretensiones del Principado, éste sería el primer paso para el desmembramiento de la Universidad de Oviedo, todo ello avalado por los votos de un determinado partido político en las entidades locales. Gijón concentrará todas las ingenierías, primera piedra para la creación de una Universidad Politécnica en la capital de la Costa Verde. La balanza económica está de parte de las ingenierías y del Principado. La generación de I+D+i se encuentra principalmente ligada a las escuelas de Ingeniería, que son los centros donde se imparten las enseñanzas tecnológicas. Oviedo, como ciudad, en el marco de los traslados impuestos por el Principado no tendría ninguna Ingeniería, ni siquiera la Química, todas son todas, y por tanto porcentualmente aportaría cero al desarrollo tecnológico. Sí dentro del campo de la investigación científica, pero no en los desarrollos tecnológicos.
Dentro de este erial tecnológico que se pretende construir en Oviedo, se quiere enterrar el futuro del concejo y la región, por una ambición desmedida y localista, como si de una tortilla se tratara, que sea necesaria engullir velozmente para que nadie la pruebe. Oviedo, haciendo un poco de «memoria histórica», fue la primera ciudad de Asturias en la que se ubicó una Escuela Técnica Superior de Ingenieros (de Minas en concreto) en 1959, por iniciativa entre otros de don Francisco Pintado Fe. A esa brillante elección, céntrica y bien comunicada, se debe la formación de más de cuarenta y dos promociones de ingenieros de minas que han trabajado por y para el desarrollo del país y su industria.
Se habla de racionalidad, ¿no sería más racional pensar que si han existido sinergias entre dos centros tan dispares como Empresariales y Minas, habría que potenciarlas? Es Informático un centro que nació a caballo entre Minas y Empresariales, en una unión fructífera de técnica y gestión, cada uno aportó lo mejor que tenía. Ahora lamentablemente hasta los emprendedores de Empresariales desaparecerán, sólo quedará Gijón. Así pues, el traslado que más sinergias podría crear sería una Escuela Politécnica en el campus del Cristo, como se proyectó en su momento, donde se impartiesen los estudios de Ingeniería Química, Informática y Minas. Con ello se potenciaría el perfil científico técnico de los ingenieros de la Universidad de Oviedo, muy alejado del barniz simplemente técnico de los de las universidades politécnicas. Somos ingenieros humanistas, letrados y de vocación científica, con ansias de preguntas sin respuesta, críticos con las imposiciones sin razonamiento lógico, somos patrimonio de una Universidad literaria, la de Oviedo, fiel reflejo de la sociedad; nos quieren convertir en corderos sumisos que se muevan por un interés espurio, por un «qué voy a llevarme yo», ingenieros sin más ética que el dinero, pues así nos quieren obligar a irnos de aquí, chantajeando a nuestra alma mater.
Terminar con un deseo de prosperidad para el nuevo campus de Mieres, desearle un futuro brillante, pero no basado en el expolio y el robo de lo que existe en otras ciudades bajo un eufemismo político, reordenación de las titulaciones lo llaman, sino buscando su propio futuro. Más racional sería poner Caminos o Arquitectura en Mieres para que los jóvenes asturianos no tuvieran que irse a La Coruña o Santander, aunque para ser racional hace falta pensar y ciertos políticos asturianos siguen pensando que las leyendas urbanos son sólo leyendas.
Antonio Luis Marqués Sierra, claustral de la Escuela de Minas y presidente de la Asociación de Alumnos de la Escuela de Minas
Gijón
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