La banca, ¿víctima o verdugo?
Llevamos casi nueve años responsabilizando a los particulares y a las empresas (bancos y resto) de la actual crisis.
La toma de medidas macroeconómicas sin meditar adecuadamente las consecuencias es la responsable de la actual crisis, sean adoptadas a nivel nacional (España o cualquier otro país) o a nivel continental (EE UU, Unión Europea, etcétera).
Me parece fútil e irresponsable hacer recaer en quienes tienen que soportar y sacrificarse para superar la crisis las causas que la originaron.
¿Por qué se endeudaron las empresas y los particulares? Por algo tan sencillo como el bajo coste del dinero.
¿Por qué se endeudaron los estados? Por lo mismo, además de por falta de eficiencia y mal gasto público; los errores de los estados los pagamos las empresas y los particulares.
El recién nombramiento de los premios Nobel de Economía, los profesores Sargent y Sims, cuyos trabajos empíricos sobre los efectos en la economía de las decisiones macroeconómicas van a resolver muchas de las dudas sobre los auténticos responsables de esta crisis, quisiera destacar que desde el día 10 de octubre, fecha en que fueron nombrados, no aparecen en los medios, como si estuviesen secuestrados. Ellos tienen las claves científicas.
Las decisiones que tomaron la Reserva Federal Americana y el Banco Central Europeo al subir el precio del dinero no fueron meditadas, no sopesaron las consecuencias; una prueba evidente es que a los dos meses la Reserva Federal Alemana baja el precio del dinero poniéndolo al 0% desde el 5,25 y el Banco Central Europeo baja el precio del dinero del 5,93 al 1,24.
Las consecuencias fueron nefastas. En vez de conseguir el objetivo que se perseguía, que no era otro que disminuir el endeudamiento, podríamos decir que fue peor el remedio que la enfermedad. El endeudamiento se multiplicó por tres, el consumo disminuyó un tercio, el paro, en el caso de España, se multiplicó por tres, el PIB disminuyó alarmantemente, las empresas perdieron su valor en Bolsa más de un 50%, varios bancos quebraron, la gran mayoría de los bancos al tener que recoger como medio de pago los activos que habían financiado, dichos activos bajaron de valor, disminuyendo por ello su valor en Bolsa y disminuyendo enormemente los beneficios para algunos, teniendo graves pérdidas otros. Los estados empezaron a pagar unas primas de riesgo insostenibles. Varios entraron en suspensión de pagos teniendo que ser rescatados. Otros, sin embargo, beneficiándose de las dificultades de los más perjudicados, y así vamos. Y sin embargo esta crisis se despacha echando la culpa a los ciudadanos y a las empresas en el sentido de que son unos irresponsables por endeudarse al igual que se culpabilizó a los bancos por dar créditos a quienes no los podían pagar. Esa conclusión es falsa. Los auténticos responsables son los políticos que nombran a los responsables de la Reserva Federal, del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional. Evidentemente sí, son ellos los responsables.
A esta decisión equivocada de incrementar el precio del dinero en un 527% en el caso de EE UU y de un 300% en el caso de la CEE se unió un nuevo error, la aplicación siempre nefasta de medidas keynesianas como endeudarse los estados con tal de seguir manteniendo un nivel de gasto innecesario, ineficiente y superfluo, siendo la lógica reacción de los agentes económicos –ciudadanos y empresas–: disminución del consumo, cierre de empresas, incremento del paro, y todo ello motivado por las decisiones políticas tomadas de una manera irreflexiva e irresponsable.
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