Noah y el deporte español
El gran campeón francés Yannick Noah se pregunta extrañado, en su columna de «Le Monde», por la causa de los éxitos deportivos españoles. Dice que en la época en la que él todavía estaba en activo «los amigos españoles» no ganaban como lo hacen ahora.
Desde luego, Sr. Noah, hace treinta años éramos un país con un menor nivel de desarrollo, pero de entonces acá, y con el estímulo que supuso, entre otras cosas, la organización de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, se dotó de infraestructuras, se invirtió en centros de alto rendimiento, se actualizaron técnicas de entrenamiento, se incentivó la práctica deportiva, se dignificó y profesionalizó la enseñanza de la educación física, se mejoró, en fin, el nivel del deporte en España. Esa, y no otra, es la causa de los actuales éxitos.
El dopaje, Sr. Noah, es cosa de tramposos y, salvo que sea usted racista, esos no tienen nacionalidad.
Y de tener los españoles alguna opción mágica, como usted insinúa, créame que la agotamos hace doscientos años, luchando, en inferioridad, contra el invasor de nuestra libertad.
Juan Manuel García Busto, Oviedo
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