Enseñanza pública
Llevo treinta años ejerciendo como maestra –profesora de Pedagogía Terapéutica– en centros públicos de Primaria y Secundaria donde estoy en la actualidad.
En las últimas décadas la educación sufrió muchos cambios. Algunos de ellos negativos, exceso de burocracia, infravalorar la labor del docente y demasiadas leyes, sujetas a los avatares políticos, que generaron inestabilidad. De ahí la importancia de lograr un pacto político en Educación. Pero también hubo cambios positivos entre los cuales debo citar el proceso de integración escolar –atención a la diversidad– en el cual la comunidad de Asturias fue pionera, la apertura de los centros y equiparar el modelo educativo al de otros países europeos.
En la actualidad los centros públicos dan respuesta educativa a un alumnado «diverso». En ellos conviven alumnos con distintas capacidades intelectuales, necesidades educativas especiales, altas capacidades, necesidades específicas asociadas a diversas causas, alumnos de distintas culturas y etnias. Esta diversidad es un reflejo de la sociedad española actual. Y la riqueza de un «sistema escolar diverso» es que todos aprendemos de todos a convivir unos con otros. Por eso es tan importante una educación en valores, que haga hincapié en el respeto a las normas de convivencia en los centros.
Atender a esta diversidad de alumnado no es fácil, si buscamos una educación pública de calidad. Por eso los centros públicos están dotados de recursos humanos y materiales. Gracias a estos recursos hay profesorado especialista de Pedagogía Terapéutica, Audición y Lenguaje, Programas de Diversificación Curricular, agrupamientos flexibles, refuerzos educativos, acción tutorial... Todo esto hace posible una «igualdad de oportunidades» para todos los alumnos independientemente de su status social. En estos momentos de crisis en los que se habla de recortes y ajustes es importante que estos recortes no se ceben en la educación pública y que en nuestros centros escolares sigan dando una adecuada respuesta educativa a la totalidad del alumnado.
La educación se hace día a día y todos los logros que se han conseguido en los últimos años gracias al esfuerzo se pueden convertir en retrocesos.
Invertir en educación es invertir en futuro.
Felicitas Morán Fernández, profesora de Pedagogía Terapéutica, Piedras Blancas
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