La crisis no lo justifica todo
Estimados lectores: en primer lugar, doy las gracias a LA NUEVA ESPAÑA por facilitarme el hacer pública una reclamación que desde hace ya tiempo tengo en mente.
El domingo 11 de diciembre me dirigía caminando desde mi domicilio en Luanco hacia Antromero por el camino del Aramar, el único viable para ir a pie, y me encuentro, como siempre cuando voy caminando, desde hace año y medio, con una barrera producida por la riada de aquel año: el puente del Aramar está partido por la mitad. Los que por allí pasamos tenemos que saltar por las piedras de una altura considerable haciendo lo que podemos para atravesarlo. En ese intento sufrí una gran caída, que me produjo bastantes magulladuras que soporto como puedo.
Pues bien, tomé esta decisión, en lugar de dirigirme al Ayuntamiento, porque considero que ya dispusieron del tiempo suficiente para solucionar este problema.
Por otra parte, reflexiono y pienso que esto es lo que nos pasa a los ciudadanos cuyos gobernantes pasan estoicamente de los sucesos de las aldeas de su concejo, supongo yo que por dos causas: desinterés o ineficacia a la hora de gestionar ante los organismos competentes para la resolución de estas causas. La crisis no lo justifica todo.
Así es que me gustaría que tomasen esto en consideración y lo gestionasen con un poco de seriedad y buen hacer, que no es otra cosa que parte de su trabajo, y se movilicen cuanto antes igual que saben hacerlo a la hora de pedirnos el voto.
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